jueves, 29 de marzo de 2012

Una noche demasiado perfecta

Capítulo 1
Hace unos años, no muchos sentí al despertarme una sensación muy extraña pensaba que sería porque me acababa de mudar y no me había acostumbrado a la nueva casa, yo no quería mudarme de New York pero mis padres necesitaban el trabajo para darnos una vida mejor.
Ese mismo día empezaban las clases así que no tendría que volver a ser la chica nueva sino poder intentar hacer amigos e incluso  darme mi primer beso.
Pero no todo era como yo me había supuesto ya que al llegar me encontré con la amarga noticia de que todos mis premios habían sido dados a conocer en el instituto lo que significaba la empollona.
Cada vez estaba más cerca la hora en la que mi madre viniera a despertarme, estaba aterrada ya que otra vez sería volver a intentar tener más de un amigo  y sobre todo no volver a ser invisible.
La verdad es que estaba tardando demasiado, lo que me hizo bajar al salón, allí me encontré a mis padres, estaban hablando de que alo mejor no habría sido buena idea la de mudarnos a Cansas. Entonces hice como que acababa de bajar y le dije a mi madre que ya era tarde que porqué estaba tardando tanto en llamarme para ir al instituto.
Se quedó un poco sorprendida ya que eran solo las seis y veinte de la mañana.
Enseguida me preparó un plato de tortitas con sirope de chocolate, era mi plato preferido ella lo sabía. Le pregunte a mi padre que como había dormido en su nueva cama, él se quedó durante unos minutos pensativo ya que no había dormido en casa porque había tenido turno doble, entonces me contestó que estaba muy cómodo que el estar en medio de la naturaleza hace que cualquier lecho sea como el  colchón más cómodo del mundo.
Aunque yo sabía que la verdad era que no había dormido en casa hice como que me lo creía. Al rato mi hermano Jorge se levanto y mi madre nos llevó a clase, al llegar no vi a  mucha gente lo que me hizo sentir aun peor de lo que me sentía ya que sería como la única empollona que estaría en clase el primer día del curso.
Pasada media hora mi madre se fue a trabajar y sonó la campana de entrada de repente fue como si una avalancha surgiera desde la nada, todo el mundo parecía estar allí cosa que al llegar creería imposible.
Entré en clase, algo callada, por si acaso al profesor se le ocurriera sacarme a la pizarra que expusiera mis trabajos sobre la teoría celular.

Me senté lo más alejada que pude del profesor pero de nada sirvió ya nada más sonar el timbre me llamó para que el resto de mis compañeros supieran de mi existencia.
Estaba colorada todo el mundo estaba mirándome y a mí sinceramente me gustaba más ser un poco invisible pero solo si era para que el profesor no me sacara a exponer como si fuera la mejor alumna que tiene como habían hecho el resto de profesores que había tenido.
Continuará...

1 comentario:

  1. Me llama la historia, la seguiré más de cerca (:

    BSS...desde el blog de Fr@nela.

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