miércoles, 18 de julio de 2012

Un buen amigo me dijo...

No importa quién seas o de donde vengas. Lo importante es como eres, como actuas, lo grande que eres como persona. No importa cuanto dinero tengas o de la marca de ropa que vistas, no importa si eres friki o si eres el más conocido. Lo que importa realmente es cuanto te has esforzado por llegar a donde estás, no importa como lo hayas hecho, porque así son los seres humanos, sobreviven por instinto, luchan con el arma que tengan, y si no hay nada con lo que luchar, siempre te quedará tu cuerpo. No lo digo por lo físico, si no por el interior. Porque los golpes más fuertes no son con palos o con las manos. Esos que te pueden herir tanto, son palabras, incluso personas te pueden hacer caer en lo más bajo. Por eso te digo que no importa a donde llegues, no importa si solo son dos pasos los que avanzas o si ya te has recorrido el mundo. Lo importante es lo que has hecho para conseguirlo. Y si te sale mal, la vida no acaba ahí. Siempre quedarán las segundas oportunidades. Porque no habrá fracaso que valga si puedes seguir intentandolo.
No soy el ejemplo, ni me gusta a donde he llegado. Pero se que algún día tendré la oportunidad de que me vaya mejor, o que me salga mejor. Lo que he hecho no me ha convertido en mejor persona, pero si no hubiera luchado por mi, no habría conseguido muchas cosas de las que ahora disfruto, no tendría esta conversación. Por eso tienes que tener claro que en la vida no tienes que ser quien la gente quiera, tienes que ser tú. Porque si quieres puedes, si te rindes, pierdes. En este tiempo he pasado malos y buenos momentos, he derramado lágrimas y sudor del esfuerzo que he hecho. Y después de todo esto me he dado cuenta de que el tiempo no cura nada, solo se aprende a vivir con la agonía. Esto es como una herida, que se cura, pero la cicatriz te queda ahí para siempre, por eso ahora se que el dolor es inevitable, es sufrimiento es opcional.

I only can say THANKS YOU.

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