Capítulo 1
Un día,
dos, quizás tres eso no lo sabe nadie. Porque nunca es suficiente, nunca puedes
llegar a olvidar, olvidar ese instante en el cual tu corazón dejó de latir.
Aquel momento dónde dejaste de ser importante y simplemente eres una sombra en
algún recuerdo. Eso fue lo que pasó, una despedida, un adiós a aquel al que
tanto quise o al menos eso pensaba.
Hacía ya
unas cuatro semanas desde que Alan se había marchado. Lo último que le había
dicho era que tenían que olvidar todo lo vivido, porque ahora sus caminos se
separaban, pero que siempre serían amigos. O al menos eso se suponía. ¿Cómo se
podía olvidar de todo? ¿Lo había echo ya él? Eso ahora no importaba. Tenía que
intentarlo.
Mientras
caminaba se iba fijando en la gente, había de todo tipo, a las que les importa
todo y a las que les da igual todo. Ahora mismo Megan era una del segundo
grupo. Solo le importaba seguir adelante. Solo eso. En estos momentos se
dirigía al restaurante de su tío Thomas. Era un restaurante italiano y a ella
le encantaba ir, aunque algunas veces solo fuera para ayudar en la cocina. Hoy
era uno de esos días, jueves, hoy tocaba ayudar. El restaurante estaba en pleno
centro de Madrid. Unas calles más y ya está allí. Su móvil suena, es su canción
preferida It will rain de Bruno Mars.
Mira la pantalla de su Motorola photon.
Es Gabriela, su mejor amiga desde los cinco años. Ella la había ayudado
siempre, tenían muchas cosas en común como por ejemplo su canción favorita,
tocar la guitarra, ir a pasear, escuchar música, leer… Gabriela era una chica
fantástica, su pelo negro cobrizo con los ojos negros, alta. Y sobre todo muy
lista.
-Hola
Gabi, ¿qué querías?
-Nada, es
que voy a ir al restaurante de tu tío esta tarde con mis padres, ya sabes
reunión familiar, y quería saber si tú estarías allí, ¿vas a ir?
-Sí, de
hecho, estoy en la puerta ya. ¿Pero qué ha pasado algo?
-No, mi
madre dice que es para hacer el planning de las vacaciones del año que viene.
¿No podrá esperar a que este se acabe? ¿O al menos dejar que primero vayamos a
las de este? En fin, ya la conoces…
-Ja, ja,
ja, contigo no se puede, bueno, te tengo que dejar, un beso, ya después
hablamos. Ah por cierto te tengo una sorpresa.
-¡¿Sí?!
¿Cuál? Sabes que me encantan, y también sé que no me la dirás, ¿verdad?
-¡En serio
creo que eres adivina! Claro que no, es una sorpresa. Pero no te preocupes
puede que esta tarde lo sepas…
-¡Me muero
de ganas de saber lo que es! Bueno te dejo, que seguro que tienes faena.
-Pues sí…
Adiós un beso.
-Otro para
ti. ¡Chao!
-Chao.
Entonces
la voz de su tío se oye. Y las verdad es que no muy bien, supongo que algo
habrá pasado con los encargos. Cuando Megan entra se ve el restaurante repleto.
Eso era, no daba abasto.
-Hola tío,
¿qué tal por aquí?
-¿Qué tal?
Pues la verdad es que no se que decirte, el local está lleno y una de mis
camareras está mala, ¿te importa si tú…?
-Claro,
ahora voy a cambiarme.
-¡Qué
haría yo sin ti!
-Contratar
a otra camarera…
Megan se
va hasta el vestuario de los empleados, allí como siempre está Diana, Juliana,
Marga y Olivia. Camareras como ella. Normalmente está en la cocina con
Sebastian. ¡Qué más da! Se cambió de ropa y se dispuso a recoger su pelo
castaño.
Se miró en
el espejo y vio a la misma chica. Vio unos ojos turquesas, algunas pecas en las
mejillas. Una sonrisa que no es que fuera una de las mejore, en fin vio a la
misma chica que hace cuatro semanas.
Las horas
pasan muertas, la gente entra y sale del restaurante, cada uno con sus vidas. Y
por fin la puerta se abre y esta vez con Gabriela y su familia. Jorge y Eliana,
ellos eran los padres de Gabi, después estaba su hermana pequeña Ricky, que era
como una copia de la madre de Gabi, de pelo negro y ojos azules. Gabi los había
sacado a su padre y por mi parte eran preciosos, porque siempre que los miraba
veía que era una gran persona en la que confiar.
-¡Megan!-gritó
Gabi.
-Hola,
pero quiero decirte algo no soy sorda-dijo Megan de forma divertida.
-Perdón,
es que los nervios pueden conmigo.
-Ya, ja,
ja, oye Ricky qué vestido tan bonito tienes.
-Gracias-dijo
la niña acariciando su vestido de flores- es nuevo
-¡Qué
bien!
Entonces
Gabi arrastra a su amiga hasta un lugar desde dónde poder saborear su sorpresa.
-Venga, ya
estoy lista.-dijo Gabi ansiosa
-¿Estás
segura?-dijo divertida
-¡Qué
sí!-la pobre estaba que se la comían los nervios
-Me han
dicho que sí.
-¡¿Sí?!
-¡Sí!
-¡Ah! ¡Qué
bien!
-Pero baja
la voz que se van a pensar que te estoy matando o algo peor…
-Pero es
que estoy súper contenta, ¿te das cuenta?
-Sí- dijo
también entusiasmada
-Nuestras
primeras vacaciones juntas- Gabi estaba a punto de sufrir un ataque
-Ja, ja…
-Tenemos
que prepararlo todo, ya lo tengo, mañana te quedas a dormir en casa y así
hacemos la lista, los preparativo y…
-Vale,
pero primero respira.
-Sí, creo
que tengo que calmarme un poco.
-¿Tú
crees? Venga vete a cenar, y díselo a tus padres.
-Ya,
bueno, yo sabía que ibas a decir que sí, así que el billete ya lo había
reservado.
-¿Pero si
el destino no lo sabemos?
-Yo sí,
solo te digo que es la cuna de uno de los amantes más conocidos de la
literatura.-
-¡¿Verona?!
Dios, dios ¡Verona! Cuando fui me enamoré de ella ains!!
ResponderEliminarEspero que subas el siguiente pronto porque tan cortito no puedo saber si un personaje me cae bien o mal!! ajajaja esto promete *·* Dos chicas solas en un viaje auuuuuuuuu!!
Te sigo!!
besss
xDestinyadministrationx