martes, 28 de agosto de 2012

Cada día...


Capítulo 1

Un día, dos, quizás tres eso no lo sabe nadie. Porque nunca es suficiente, nunca puedes llegar a olvidar, olvidar ese instante en el cual tu corazón dejó de latir. Aquel momento dónde dejaste de ser importante y simplemente eres una sombra en algún recuerdo. Eso fue lo que pasó, una despedida, un adiós a aquel al que tanto quise o al menos eso pensaba.
Hacía ya unas cuatro semanas desde que Alan se había marchado. Lo último que le había dicho era que tenían que olvidar todo lo vivido, porque ahora sus caminos se separaban, pero que siempre serían amigos. O al menos eso se suponía. ¿Cómo se podía olvidar de todo? ¿Lo había echo ya él? Eso ahora no importaba. Tenía que intentarlo.

Mientras caminaba se iba fijando en la gente, había de todo tipo, a las que les importa todo y a las que les da igual todo. Ahora mismo Megan era una del segundo grupo. Solo le importaba seguir adelante. Solo eso. En estos momentos se dirigía al restaurante de su tío Thomas. Era un restaurante italiano y a ella le encantaba ir, aunque algunas veces solo fuera para ayudar en la cocina. Hoy era uno de esos días, jueves, hoy tocaba ayudar. El restaurante estaba en pleno centro de Madrid. Unas calles más y ya está allí. Su móvil suena, es su canción preferida It will rain de Bruno Mars. Mira la pantalla de su Motorola photon. Es Gabriela, su mejor amiga desde los cinco años. Ella la había ayudado siempre, tenían muchas cosas en común como por ejemplo su canción favorita, tocar la guitarra, ir a pasear, escuchar música, leer… Gabriela era una chica fantástica, su pelo negro cobrizo con los ojos negros, alta. Y sobre todo muy lista.
                         

-Hola Gabi, ¿qué querías?
-Nada, es que voy a ir al restaurante de tu tío esta tarde con mis padres, ya sabes reunión familiar, y quería saber si tú estarías allí, ¿vas a ir?
-Sí, de hecho, estoy en la puerta ya. ¿Pero qué ha pasado algo?
-No, mi madre dice que es para hacer el planning de las vacaciones del año que viene. ¿No podrá esperar a que este se acabe? ¿O al menos dejar que primero vayamos a las de este? En fin, ya la conoces…
-Ja, ja, ja, contigo no se puede, bueno, te tengo que dejar, un beso, ya después hablamos. Ah por cierto te tengo una sorpresa.
-¡¿Sí?! ¿Cuál? Sabes que me encantan, y también sé que no me la dirás, ¿verdad?
-¡En serio creo que eres adivina! Claro que no, es una sorpresa. Pero no te preocupes puede que esta tarde lo sepas…
-¡Me muero de ganas de saber lo que es! Bueno te dejo, que seguro que tienes faena.
-Pues sí… Adiós un beso.
-Otro para ti. ¡Chao!
-Chao.

Entonces la voz de su tío se oye. Y las verdad es que no muy bien, supongo que algo habrá pasado con los encargos. Cuando Megan entra se ve el restaurante repleto. Eso era, no daba abasto.


-Hola tío, ¿qué tal por aquí?
-¿Qué tal? Pues la verdad es que no se que decirte, el local está lleno y una de mis camareras está mala, ¿te importa si tú…?
-Claro, ahora voy a cambiarme.
-¡Qué haría yo sin ti!
-Contratar a otra camarera…

Megan se va hasta el vestuario de los empleados, allí como siempre está Diana, Juliana, Marga y Olivia. Camareras como ella. Normalmente está en la cocina con Sebastian. ¡Qué más da! Se cambió de ropa y se dispuso a recoger su pelo castaño.
Se miró en el espejo y vio a la misma chica. Vio unos ojos turquesas, algunas pecas en las mejillas. Una sonrisa que no es que fuera una de las mejore, en fin vio a la misma chica que hace cuatro semanas.

Las horas pasan muertas, la gente entra y sale del restaurante, cada uno con sus vidas. Y por fin la puerta se abre y esta vez con Gabriela y su familia. Jorge y Eliana, ellos eran los padres de Gabi, después estaba su hermana pequeña Ricky, que era como una copia de la madre de Gabi, de pelo negro y ojos azules. Gabi los había sacado a su padre y por mi parte eran preciosos, porque siempre que los miraba veía que era una gran persona en la que confiar.

-¡Megan!-gritó Gabi.
-Hola, pero quiero decirte algo no soy sorda-dijo Megan de forma divertida.
-Perdón, es que los nervios pueden conmigo.
-Ya, ja, ja, oye Ricky qué vestido tan bonito tienes.
-Gracias-dijo la niña acariciando su vestido de flores- es nuevo
-¡Qué bien!

Entonces Gabi arrastra a su amiga hasta un lugar desde dónde poder saborear su sorpresa.

-Venga, ya estoy lista.-dijo Gabi ansiosa
-¿Estás segura?-dijo divertida
-¡Qué sí!-la pobre estaba que se la comían los nervios
-Me han dicho que sí.
-¡¿Sí?!
-¡Sí!
-¡Ah! ¡Qué bien!
-Pero baja la voz que se van a pensar que te estoy matando o algo peor…
-Pero es que estoy súper contenta, ¿te das cuenta?
-Sí- dijo también entusiasmada
-Nuestras primeras vacaciones juntas- Gabi estaba a punto de sufrir un ataque
-Ja, ja…
-Tenemos que prepararlo todo, ya lo tengo, mañana te quedas a dormir en casa y así hacemos la lista, los preparativo y…
-Vale, pero primero respira.
-Sí, creo que tengo que calmarme un poco.
-¿Tú crees? Venga vete a cenar, y díselo a tus padres.
-Ya, bueno, yo sabía que ibas a decir que sí, así que el billete ya lo había reservado.
-¿Pero si el destino no lo sabemos?
-Yo sí, solo te digo que es la cuna de uno de los amantes más conocidos de la literatura.-
-¡¿Verona?!
                              

1 comentario:

  1. Dios, dios ¡Verona! Cuando fui me enamoré de ella ains!!
    Espero que subas el siguiente pronto porque tan cortito no puedo saber si un personaje me cae bien o mal!! ajajaja esto promete *·* Dos chicas solas en un viaje auuuuuuuuu!!
    Te sigo!!
    besss

    xDestinyadministrationx

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