-¡Sí!
-¡Eres la
mejor amiga del mundo!-dijo Megan abrazándose a Gabi cómo nunca.
Los ojos
de Gabi eran un mar de lágrimas (pero claramente de felicidad). Cuando terminó
el abrazo se fue hasta la mesa donde sus padres y su hermana la esperaban, allí
les contó todo. Ellos también se habían alegrado, para Jorge y Eliana Megan era
como una hija más. La verdad es que estaban preocupados, esas dos semanas en
Verona eran las primeras vacaciones que pasarían solas en un país extranjero,
bueno Elena las acompañaría. Nada menos que Italia.
No es que
no supieran cuidar de ellas mismas, sino que para ellos eran todavía unas
niñas. Megan vivía solo con su hermana mayor Elena, sus padres habían muerto en
un accidente de tráfico cuando ellas eran pequeñas. Y eran inseparables, a las
chicas no les gustaba mucho la idea de ir con Elena (porque no sería la misma
aventura que si fueran solas) pero no les quedaba de otra, todavía tenían 17
años y Elena ya era mayor de edad y eso era mejor que ir con Thomas o Jorge y
Eliana…
-Bueno.
¿Qué vais a tomar?
-Yo quiero
pasta a la carbonara.-dijo Ricky, entusiasmada por haber sido la primera en
pedir.
-Yo tomaré
lo mismo ¿y tú cariño?-le preguntó Eliana a Jorge que se había quedado en trance
pensando en su niña se había hecho mayor…
-Eh…-dijo
Jorge despertando del trance en el que se encontraba- yo lo mismo que los
demás.
-Megan yo
quiero espaguetis a la boloñesa-anunció Gabi- pone que hay un nuevo
ingrediente, ¿es verdad?
-Pues la
verdad es que sí, es todo un secreto, y de beber lo de siempre supongo o ¿hay
alguna sugerencia?
-Sí,
sí-gritó Ricky- yo quiero batido de chocolate.
-¿Pero
cariño, eso es muy dulce para la pasta a la carbonara?
-Yo lo
quiero.
-¿Por qué
no loo pides de postre mejor?
-Vale-dijo
resignada poniendo morritos- pero también me tenéis que comprar un helado.
-Eso ya lo
veremos jovencita- le contestó jorge.
Por fin
llegó el fin para el turno de Megan, llegó la hora de ir a casa. Su tía le
había preparado la cena para llevar. Se puso la ropa y se peinó después
despidiéndose de todos salió del restaurante. Cuando estuvo ya fuera, puso el
MP4. Sonaba Domino, de Jessie J. Un
par de calles y llega al metro.
Como
siempre las calles están abarrotadas, la gente pasa a su lado como si fuera el
fin del mundo. Corren, hablan por teléfono…
En el
metro sin embargo hay menos gente, y eso es muy raro. Normalmente está
abarrotado. Seguro que es por la hora, normalmente a sale a las siete hoy como
tuvo que ayudar a su tío con lo de la camarera salió a las ocho. Está deseando
ir a Verona. ¿Cómo será? Seguro que hermosa. Se sienta en el primer asiento que
ve libre. Hay un par de personas, un niña de unos 7 años, una señora mayor que
seguro viene de hacer algunas compras, y a su lado un chico. Le suena su cara,
pero ahora mismo no sabe de qué. Se fija mejor pero desiste en el intento ya
que la gente se ha quedado mirando hacia ella. Entonces lo compraba todo,
chaqueta abrochada, bragueta subida. No había comido nada así que eso tampoco
era… Entonces lo oye es su móvil.
-¿Sí?
-Meg, soy
yo Elena.
-Ah, hola,
¿qué pasa?
-No nada,
era para saber que hago de cenar, ¿qué prefieres pizza o sopa?
-¿Qué tal
si yo llevo la cena?
-Es
verdad, es jueves, qué cabeza. ¿Ya le has dicho a Gabriela que si vas a las
vacaciones? Bueno, que vamos.
-Sí,
estaba súper entusiasmada, y la verdad es que yo también lo estoy, pero ¿a qué
no sabes dónde vamos?-afirmó contenta.
-No, y
tengo que decirte algo al respecto.
-Pues
vamos a… ¿Cómo que me tienes que decir algo al respecto?-dijo preocupada.
-No te
preocupes, de que llegues a casa te explico. ¿Vas a tardar mucho?-dijo
intentando suavizar la preocupación de su hermana.
-No, creo
que unos diez minutos, ¿pero es grave?
-¡Qué no!
Te tengo que dejar. Luego hablamos.
-Adiós.
Elena
colgó, ¿qué pasaría ahora? Esto era lo que le faltaba. ¿Habría cambiado su
hermana de opinión? No, seguro que no. Cuando se volvió vio que el chico ya se
había bajado. No le había dado tiempo a averiguar quién era. Seguro que lo
habría visto en el instituto y de eso le sonaba. Ahora en su MP4 sonaba Raise your glass, de Pink.
Cómo un
reloj, tres paradas más y llega. Calle de la Reina. Allí es dónde
vive. Cuando llega al portal saluda a un par de vecino que en ese momento bajan
las escaleras. Saca las llaves del bolso y abre la puerta. Allí está su
hermana, sentada en el sillón del salón.
-Verás
Megan, tenemos un problema.-dice intentando aclarar sus garganta- a las
vacaciones vas a ir, lo que pasa es que yo no quedarme allí con vosotras las
dos semanas. Os llevaré y os iré a recoger. Pero los demás días estaréis solas.
Tendré que hablar con el gerente del hotel y hacer el papeleo necesario…
-¿Entonces
estaremos a cargo del hotel vayamos, dónde vayamos?
-Sí, ¿por
cierto dónde vais?
-¡A
Verona!
Así que
era eso, después hablar con su hermana y aclararlo todo, cenaron. Después Megan
se fue a dormir, pero antes se duchó y colocó la ropa para el día siguiente. No
sabía que ponerse, así que se decidió por unos vaqueros, su sudadera malva y
unas deportivas. Preparando su bolso sacó todo, MP4, móvil en el que tenía un
par de mensajes de Gabi, diciéndole que mañana no se olvidara de colocar las
cosas para irse a dormir a su casa…
Entonces
sacó un papel. Estaba doblado, era solo un trocito. Lo desdobló y vio que tenía
algo escrito. Se sentó en su cama y lo leyó.
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