viernes, 31 de agosto de 2012

Cada día...


Capítulo 3

¿Y esto? ¡Qué fuerte, la gente se aburre! Megan está desconcertada. ¿Con que el 4 de junio? A ver, el cuatro recuerdo que fue el día del examen de física y química, también hacia una semana desde que… bueno, eso da igual, a parte no sé qué más pasó… coge el teléfono y marca el número de Gabi, ella tiene buena memoria, seguro que ella sabe qué pudo haber pasado el 4 de junio…

-Gabi, tengo que contarte algo.-dijo con la voz algo tensa.
-¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? ¿Qué ha pasado?-dijo casi histérica.
-No, yo estoy bien, es que me ha pasado una cosa…
-¡Madre mía! ¿Te has roto un píe, o un brazo?
-¡Qué no! Y déjame hablar.
-Vale, perdona…
-Pues mira, estaba en el meto, a mi lado había un chico, la verdad es que su cara me resultaba muy familiar, pero no sabía de qué, entonces…
-¡¿Te besó?!
-¿Quieres que te lo cuente si o no?
-¡Sí, pero es que te enrollas mucho!
-Pues me sonó el móvil, cuando corté él ya no estaba, pero la cosa es que cuando llegué a casa, me puse a preparar las cosas para mañana, y metiendo los libros vi un trozo de papel doblado dentro. Cuando lo abría ponía, “hola soy Luis, Te preguntarás quién soy. Pues soy el chico del metro. Supongo que te sonaba mi cara. ¿Recuerdas la tarde del 4 de junio? Esta es la pista. Te dejo mi correo por si lo recuerdas luis1995@hotmail.com
-¡Qué fuerte!
-Sí, pero lo que no consigo averiguar es lo que pasó ese día. ¡Estoy de los nervios!
-Pues a ver si hago memoria, el examen, después… Ah, fuimos a la nueva cafetería de la hermana de Michael, y después volvimos a casa. Pedimos algo de comer y cuando  fuiste a recoger la comida, tuviste que bajar al portal por que la puerta no funcionaba, entonces…
-¿¡Entonces qué!?
-¡claro Luis! ¿Cómo se me habría olvidado? Cuando bajaste  te encontraste con un chico que también había pedido comida, y estuvisteis discutiendo porque el repartidor el repartidor no sabía de quién era el pedido. Y daba la casualidad de que ambos habíamos pedido una pizza familiar campesina.
-Ah… ¿Y para qué querrá que recuerde ese día?
-No lo sé.
-¿Te apetece comer mañana en mi casa? Y así vemos qué quiere ese tal Luis.
-Claro, y así también preparamos tus cosas para que vengas a dormir a mi casa.
-Está bien, un beso, qué duermas bien. Te quiero.
-Y yo. ¡Un besito!

Gabi cortó el teléfono. Ricky estaba en su cuarto jugando con las muñecas, a ella no le molestaba que jugara allí, pero algunas veces Ricky sabía que allí no se podía entrar, que era la habitación prohibida.

-Gabriela, ven por favor. Tu primo ha llegado.
-¿Qué primo mamá?
-Gabriela, no es primo, primo, es primo segundo o tercero, no lo sé, el caso es que es familia de papá y me gustaría que le presentaras a gente y eso…
-Claro, ahora bajo.

Gabi, que estaba en pijama, se puso un chándal, el primero que pilló del armario. Bajó las escaleras sin ninguna prisa. Eran cerca de las nueves. Vaya horas para visita pensó.
Pero cuando su pie ya estaba en la planta baja y subió la mirada, vio a “su primo”. ¡No se lo podía creer!

-Hola, encantado, supongo que tu eres Gabriela, yo soy…
-¡¿Luis?!
-Sí… soy yo.
-¿Ya os conocíais?-preguntó Eliana.
-Bueno, Luis a quién conoce es a Megan.

Entonces a Luis se le puso la cara blanca. Ni el azul de sus ojos se veía. Su pelo castaño ahora parecía, no sé más blanco. Pero una cosa, a Gabriela no se le quietaba de la cara la sonrisa.

-Ah, entonces conoces a la mejor amiga de Gabriela, Megan. Es una gran chica. ¿Por qué nos os venís a comer mañana aquí? Bueno Luis, te enseñaré tu habitación.
-¿Se queda aquí?
-Sí Gabriela, bueno Luis acompáñame.

Cuando estos ya se habían marchado Gabi sacó de la chaqueta del Chándal el móvil. Con cuidado salió fuera a la calle y llamó a Megan. Le contó todo. Ésta estaba que no se lo creía. Durante la cena todo fue más o menos normal. Por fin llegó la hora de dormir. Luis en la habitación de invitados. Ricky, seguro soñando que era una princesa. Sus padres ya dormidos. Y ella con los ojos como platos leyendo Almas gemelas, de Elizabeth Chandler.

Megan y Gabi van caminando hasta la casa de Gabi, ya habían pasado antes por la casa de Megan para coger las cosas.
Cuando llegan a la casa, Eliana y Jorge las ayudan con las mochilas. Ricky, como siempre, se abraza a Megan para darle la bienvenida.

-Bueno Megan. Para comer hay Arroz.
-¡Qué bien! Si me disculpan voy al baño.

Sube las escaleras, la casa de Gabi es enorme. Tiene cuatro habitaciones, el salón, la cocina, el hall,  dos baños, jardín, en fin enorme. Pero bueno, sus padres son casi ricos. Su madre es médica y su padre es arquitecto.

Solo un par de pasos más y ya estará allí. La puerta del baño está cerrada, supongo que Ricky estará dentro. Toco un par de veces y por fin se oye la cisterna.
Se abre la puerta y…

-Hola Megan.
-Hola.

Megan está petrificada.

-¿Ya me recuerdas?

                                       

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