Capítulo 3
¿Y esto?
¡Qué fuerte, la gente se aburre! Megan está desconcertada. ¿Con que el 4 de
junio? A ver, el cuatro recuerdo que fue el día del examen de física y química,
también hacia una semana desde que… bueno, eso da igual, a parte no sé qué más
pasó… coge el teléfono y marca el número de Gabi, ella tiene buena memoria,
seguro que ella sabe qué pudo haber pasado el 4 de junio…
-Gabi,
tengo que contarte algo.-dijo con la voz algo tensa.
-¿Estás
bien? ¿Te ha pasado algo? ¿Qué ha pasado?-dijo casi histérica.
-No, yo
estoy bien, es que me ha pasado una cosa…
-¡Madre
mía! ¿Te has roto un píe, o un brazo?
-¡Qué no!
Y déjame hablar.
-Vale,
perdona…
-Pues
mira, estaba en el meto, a mi lado había un chico, la verdad es que su cara me
resultaba muy familiar, pero no sabía de qué, entonces…
-¡¿Te
besó?!
-¿Quieres
que te lo cuente si o no?
-¡Sí, pero
es que te enrollas mucho!
-Pues me
sonó el móvil, cuando corté él ya no estaba, pero la cosa es que cuando llegué
a casa, me puse a preparar las cosas para mañana, y metiendo los libros vi un
trozo de papel doblado dentro. Cuando lo abría ponía, “hola soy Luis, Te
preguntarás quién soy. Pues soy el chico del metro. Supongo que te sonaba mi
cara. ¿Recuerdas la tarde del 4 de junio? Esta es la pista. Te dejo mi correo
por si lo recuerdas luis1995@hotmail.com”
-¡Qué
fuerte!
-Sí, pero
lo que no consigo averiguar es lo que pasó ese día. ¡Estoy de los nervios!
-Pues a
ver si hago memoria, el examen, después… Ah, fuimos a la nueva cafetería de la
hermana de Michael, y después volvimos a casa. Pedimos algo de comer y cuando fuiste a recoger la comida, tuviste que bajar
al portal por que la puerta no funcionaba, entonces…
-¿¡Entonces
qué!?
-¡claro
Luis! ¿Cómo se me habría olvidado? Cuando bajaste te encontraste con un chico que también había
pedido comida, y estuvisteis discutiendo porque el repartidor el repartidor no
sabía de quién era el pedido. Y daba la casualidad de que ambos habíamos pedido
una pizza familiar campesina.
-Ah… ¿Y
para qué querrá que recuerde ese día?
-No lo sé.
-¿Te
apetece comer mañana en mi casa? Y así vemos qué quiere ese tal Luis.
-Claro, y
así también preparamos tus cosas para que vengas a dormir a mi casa.
-Está
bien, un beso, qué duermas bien. Te quiero.
-Y yo. ¡Un
besito!
Gabi cortó
el teléfono. Ricky estaba en su cuarto jugando con las muñecas, a ella no le
molestaba que jugara allí, pero algunas veces Ricky sabía que allí no se podía
entrar, que era la habitación prohibida.
-Gabriela,
ven por favor. Tu primo ha llegado.
-¿Qué
primo mamá?
-Gabriela,
no es primo, primo, es primo segundo o tercero, no lo sé, el caso es que es
familia de papá y me gustaría que le presentaras a gente y eso…
-Claro,
ahora bajo.
Gabi, que
estaba en pijama, se puso un chándal, el primero que pilló del armario. Bajó
las escaleras sin ninguna prisa. Eran cerca de las nueves. Vaya horas para
visita pensó.
Pero
cuando su pie ya estaba en la planta baja y subió la mirada, vio a “su primo”.
¡No se lo podía creer!
-Hola,
encantado, supongo que tu eres Gabriela, yo soy…
-¡¿Luis?!
-Sí… soy
yo.
-¿Ya os
conocíais?-preguntó Eliana.
-Bueno,
Luis a quién conoce es a Megan.
Entonces a
Luis se le puso la cara blanca. Ni el azul de sus ojos se veía. Su pelo castaño
ahora parecía, no sé más blanco. Pero una cosa, a Gabriela no se le quietaba de
la cara la sonrisa.
-Ah,
entonces conoces a la mejor amiga de Gabriela, Megan. Es una gran chica. ¿Por
qué nos os venís a comer mañana aquí? Bueno Luis, te enseñaré tu habitación.
-¿Se queda
aquí?
-Sí
Gabriela, bueno Luis acompáñame.
Cuando
estos ya se habían marchado Gabi sacó de la chaqueta del Chándal el móvil. Con
cuidado salió fuera a la calle y llamó a Megan. Le contó todo. Ésta estaba que
no se lo creía. Durante la cena todo fue más o menos normal. Por fin llegó la
hora de dormir. Luis en la habitación de invitados. Ricky, seguro soñando que
era una princesa. Sus padres ya dormidos. Y ella con los ojos como platos
leyendo Almas gemelas, de Elizabeth
Chandler.
Megan y
Gabi van caminando hasta la casa de Gabi, ya habían pasado antes por la casa de
Megan para coger las cosas.
Cuando
llegan a la casa, Eliana y Jorge las ayudan con las mochilas. Ricky, como
siempre, se abraza a Megan para darle la bienvenida.
-Bueno
Megan. Para comer hay Arroz.
-¡Qué
bien! Si me disculpan voy al baño.
Sube las
escaleras, la casa de Gabi es enorme. Tiene cuatro habitaciones, el salón, la
cocina, el hall, dos baños, jardín, en fin enorme. Pero bueno,
sus padres son casi ricos. Su madre es médica y su padre es arquitecto.
Solo un
par de pasos más y ya estará allí. La puerta del baño está cerrada, supongo que
Ricky estará dentro. Toco un par de veces y por fin se oye la cisterna.
Se abre la
puerta y…
-Hola
Megan.
-Hola.
Megan está
petrificada.
-¿Ya me
recuerdas?
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