martes, 4 de septiembre de 2012

Aún sigue lloviendo!


Capítulo 3

Ya ha pasado casi un año y todo a cambiado, no se por donde empezar. Ya no vivo en Navarra, ahora estoy en Sydney, si, Sydney, con Paul, tres semanas después del accidente la abogada llamó a Sara y me tuve que ir con él, fue duro pero ahora tengo amigos, no como él, pero son amigos. La casa es enorme, es muy moderna y tengo un cuarto con baño y un vestidor para mi sola, pero no es lo mismo que antes, antes cuando me miraba en el espejo veía a una chica de pelo negro con los ojos verdes de mejillas sonrosadas y con una sonrisa de oreja a oreja y ahora está al misma chica pero un poco más morena y su sonrisa es normal, ya no está tan viva y tampoco ha logrado olvidar. Es verdad que ahora tengo más cosas, pero casi todas son materiales y no sentimentales, un sincero abrazo me reconfortaba pero ahora ya no los tengo. Paul sigue teniendo fama ya ha sacado otro libro de su saga “Miente me si hace falta”, y se titula “El deseo de una persona”, no se como lo hace acaba de terminar su último libro y ya está trabando en otro, todavía esta en el “taller”, como dice él.

-Amanda, ¿Cómo se dice?... así, mmm…, un chiquillo está tocando la puerta, si es así-. Paul se esfuerza en aprender el español, pero aún le cuesta, me hace mucha gracia cuando prenuncia.

-¿Quién es?-.

-No sé, no ha dicho quién es-. Que raro, no he quedado con nadie y Riley está en Londres de vacaciones.

-Vale ya voy, pero no te comas la tarta de la mesa-.

-¡¿Yo?!, comer me tu tarta, jamás sabes que estoy a dieta, además el chocolate con cacahuetes no es una mezcla que me atraiga mucho, prefiero el combinado con al fruta y el chocolate-.

-Si mi tarta, y por cierto todavía sigo esperando a que el croissant con chocolate fundido y virutas de chocolate de menta que había en la nevera ayer, que reaparezca, sabes, creo que hay duendes en esta casa porque no lo encuentro, y, ¿Qué dieta es esa?-.

-Que raro, bueno voy a mi cuarto, necesito escribir un rato, es una dieta muy buena y ya he bajado tres kilos, es un record, llevo sin probar una patata frita en todo este mes-.

-Si, claro, es un record, enhorabuena-.

Si Riley no és, él tampoco puede ser, hace casi un año, la última vez que lo ví estaba dormido y no quise despertar lo, ni si quiera pude despedirme, pero se que está bien. En este año he hecho dos nuevos amigos uno se llama Allan y es de California pero sus padres se mudaron aquí por su abuela que está mala de un pulmón y tienen que tener mucho cuidado con ella, todos los domingos por la tarde Allan, Riley yo vamos a ver la y nos cuenta como fue su vida, y el otro es Riley, que como ya os dije antes está en Londres, tiene mucha suerte a mi gustaría viajar a Londres, pero no pasa nada, y vive aquí desde que nació, es el delegado de clase y no está colado de una chica desde que tenía diez años, una tal Angelina, ya tiene 16 años con Allan y yo, la verdad es que somos como el trío que nadie pudiera separar, una vez nos escapamos a la playa y pasamos todo el fin de semana en una cala, era preciosa y el agua era tan cristalina que cuando la luz de la luna se reflejaba en ella parecía como si ese lugar estuviera  encantado. También estoy en el club de teatro y el mes que viene hacemos un obra creada por Kendra, como describí os la, es la super,  super, mega, hiper, tonta y arrogante persona que por ahora he visto, es una cosa que ni se puede explicar, si estás al lado de ella le molesta ya que dice que le estás robando su oxígeno, persona que no entiende, o mejor no diferencia un sustantivo de un verbo. Es la jefa de teatro y la obra trata de una chica, yo, por suerte, que quiere ser profesora y conoce a un chico, Tim, también es un buen chico, pero le va más ir se con el club de informática, bueno y los dos se enamoran y la chica muere y el acaba solo y sin ni una esperanza, trágico, pero esas son las ideas de Kendra.

-Amanda abre ya la puerta, seguro sabrás quién es-.

-Vale, ya voy-.

Entonces cuando abro la puerta…

-¡¿Tú?!-.


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