Capítulo 3
Ya ha pasado casi un año y todo a cambiado, no se por donde
empezar. Ya no vivo en Navarra, ahora estoy en Sydney, si, Sydney, con Paul,
tres semanas después del accidente la abogada llamó a Sara y me tuve que ir con
él, fue duro pero ahora tengo amigos, no como él, pero son amigos. La casa es
enorme, es muy moderna y tengo un cuarto con baño y un vestidor para mi sola,
pero no es lo mismo que antes, antes cuando me miraba en el espejo veía a una
chica de pelo negro con los ojos verdes de mejillas sonrosadas y con una
sonrisa de oreja a oreja y ahora está al misma chica pero un poco más morena y
su sonrisa es normal, ya no está tan viva y tampoco ha logrado olvidar. Es
verdad que ahora tengo más cosas, pero casi todas son materiales y no sentimentales,
un sincero abrazo me reconfortaba pero ahora ya no los tengo. Paul sigue
teniendo fama ya ha sacado otro libro de su saga “Miente me si hace falta”, y
se titula “El deseo de una persona”, no se como lo hace acaba de terminar su
último libro y ya está trabando en otro, todavía esta en el “taller”, como dice
él.
-Amanda, ¿Cómo se dice?... así, mmm…, un chiquillo está
tocando la puerta, si es así-. Paul se esfuerza en aprender el español, pero
aún le cuesta, me hace mucha gracia cuando prenuncia.
-¿Quién es?-.
-No sé, no ha dicho quién es-. Que raro, no he quedado
con nadie y Riley está en Londres de vacaciones.
-Vale ya voy, pero no te comas la tarta de la mesa-.
-¡¿Yo?!, comer me tu tarta, jamás sabes que estoy a dieta,
además el chocolate con cacahuetes no es una mezcla que me atraiga mucho, prefiero
el combinado con al fruta y el chocolate-.
-Si mi tarta, y por cierto todavía sigo esperando a que el
croissant con chocolate fundido y virutas de chocolate de menta que había en la
nevera ayer, que reaparezca, sabes, creo que hay duendes en esta casa porque no
lo encuentro, y, ¿Qué dieta es esa?-.
-Que raro, bueno voy a mi cuarto, necesito escribir un rato,
es una dieta muy buena y ya he bajado tres kilos, es un record, llevo sin
probar una patata frita en todo este mes-.
-Si, claro, es un record, enhorabuena-.
Si Riley no és, él tampoco puede ser, hace casi un año, la última vez que lo
ví estaba dormido y no quise despertar lo, ni si quiera pude despedirme, pero
se que está bien. En este año he hecho dos nuevos amigos uno se llama Allan y
es de California pero sus padres se mudaron aquí por su abuela que está mala de
un pulmón y tienen que tener mucho cuidado con ella, todos los domingos por la
tarde Allan, Riley yo vamos a ver la y nos cuenta como fue su vida, y el otro
es Riley, que como ya os dije antes está en Londres, tiene mucha suerte a mi
gustaría viajar a Londres, pero no pasa nada, y vive aquí desde que nació, es
el delegado de clase y no está colado de una chica desde que tenía diez años,
una tal Angelina, ya tiene 16 años con Allan y yo, la verdad es que somos como
el trío que nadie pudiera separar, una vez nos escapamos a la playa y pasamos
todo el fin de semana en una cala, era preciosa y el agua era tan cristalina
que cuando la luz de la luna se reflejaba en ella parecía como si ese lugar
estuviera encantado. También estoy en el
club de teatro y el mes que viene hacemos un obra creada por Kendra, como
describí os la, es la super, super,
mega, hiper, tonta y arrogante persona que por ahora he visto, es una cosa que
ni se puede explicar, si estás al lado de ella le molesta ya que dice que le
estás robando su oxígeno, persona que no entiende, o mejor no diferencia un
sustantivo de un verbo. Es la jefa de teatro y la obra trata de una chica, yo,
por suerte, que quiere ser profesora y conoce a un chico, Tim, también es un
buen chico, pero le va más ir se con el club de informática, bueno y los dos se
enamoran y la chica muere y el acaba solo y sin ni una esperanza, trágico, pero
esas son las ideas de Kendra.
-Amanda abre ya la puerta, seguro sabrás quién es-.
-Vale, ya voy-.
Entonces cuando abro la puerta…
-¡¿Tú?!-.
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