Ángelo y
Gabi se han quedado con toda la movida, así que al llegar no pudieron disimular más y estallaron miles de risas.
-Pero se
puede saber qué os ha pasado, has dejado a la pobre medio muda.
-Es que es
una cotilla, y estaba haciendo más preguntas que…, te acuerdas de ¿Yolanda?,
pues peor…
-Perdonad,
¿pero quién es Yolanda?
-Una
compañera de clase, que es muy, pero que muy pesada, y le encanta saber todo,
sobre todo.
-Ah, vale,
bueno voy por Lucca.
-Claro.
Ángelo se
aleja dejando a las chicas solas, totalmente solas. Así que deciden hacer lo
que cualquier chica de 17 años.
-¿Qué se
supone que vamos a hacer?
-¿Con qué?
-Con la
visita de hoy.
-Nada, simplemente le diremos que, no sé Gabi, es que si vamos a Piazza dei Signori, seguro que Marie le cuenta
lo que hablamos y conociéndolo, seguro que se piensa que me gusta.
-Pero si
es la verdad, Megan tienes que dejar que disimular.
-¿Perdona?
-Megan
mejor lo dejamos, te está sonando el móvil, ¿no lo vas a coger?
Megan se
percata del sonido del teléfono, sonaba Love
story de Taylor Swift. ¡Qué oportuna
la cancioncita!
-¿Sí?
-Hola ¿ya
te olvidaste de mí?
-¿Quién
es?
-Qué
fuerte ya no me recuerdas, y eso que te recomendé a dos guías turísticos.
-Ah, Luis,
¿qué tal?
-Veo que
de mi nombre si te acuerdas, estoy bien, ¿y vosotras?
-Divirtiéndonos,
pero cuéntame, ¿qué tal Ricky?
-Bastante
grande, ¿está por ahí Lucca o Ángelo?
-No, están
comprobando la reserva del restaurante por parte del hotel, ¿por qué?
-Es que
tenía que hablar con ellos por una cosa, era para avisarle de que una amiga
suya iría por ahí a verlo.
-¿Te
refieres a Marie?
-Sí, pero…
ah vale, ya os la habéis encontrado ¿verdad?
-Sí, es
simpática.
-Si tú lo
dices… Bueno, pues pásame con Gabi.
-Claro
espera.
Megan
busca a Gabi por la recepción pero no la encuentra, entonces la ve, está con
Ángelo, pero no está bien, está como
enfadada, la llamo pero no me hace caso, cuelgo el móvil y voy hasta donde se
encontraban.
-¿Qué
pasa?
-Megan, es
mejor que nos vayamos.
-Pero y
Lucca, ¿él no viene?
-No, ven.
-Espera
qué es lo que suena.
-Nada,
vámonos.
Me acerco
a la puerta que da a uno de los salones de la recepción y por desgracia lo que
veo hace que mi vida se pare en un solo segundo. De nuevo esa sensación gélida
que atraviesa el corazón como un cuchillo. Noto como Gabi me arrastra, pero lo
único que puedo ver es su mirada llena de…
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