jueves, 24 de enero de 2013

Aún sigue lloviendo!


Capitulo 10

Narra Allan

14.7.12

Hoy ha venido Riley a visitarme, como cada viernes desde hace dos meses, dos meses de puro asco, hemos echados un par de partidas a la Wii, tenis, baloncesto y más, pero de nada a servido, desde que Amanda está con ese, el que se olvido de ella, el que ningún día se digno a aparecerse por Sydney, nada, ni un correo, ni siquiera una mísera carta, y encima le pide explicaciones a ella, pero a quien se le ocurre que después de lo que le ocurrió tendría ganas de despedirse de alguien más, no fueron bastantes sus dos padres, le parece poco a ese imbecil, de verdad, no entiendo, espero que se de cuenta antes de que sea tarde de que él será todo lo amigo que ella quiera, pero si alguien te quiere, nunca se olvida de ti, incluso habiéndole echo daño, espera una explicación, si, pero primero la busca, no las pide años después.

Definitivamente estoy loco, pero loco por ella.

15.7.12

Hoy, como otro cualquiera, esto está muerto, es increíble que hayan pasado dos meses, lo más increíble es que en estos dos meses no he sabido nada de Amanda, simplemente un what-app felicitando me las vacaciones, pero, lo que más me fastidia, es que se está pasando el verano en la casa de la playa con él, cada noche me pregunto si se habrá olvidado de mi, si ya solo soy uno de esos amigos de los que te acuerdas cuando ves el recordatorio de su cumpleaños en el móvil o como es ella para mi, una persona a la que cada vez que ve su nombre se acuerda se momentos fantásticos en los que daría parte de su vida por volverlos a pasar junta a esa persona, no sé que hacer, cada día es aún peor que el anterior, sino fuera por Ridley, aunque también, reconozco que no puedo quitarle mucho tiempo, ya que porfin está con la chica que quiere.

¿Estaré yo algún día con alguien que me quiera y yo le quiera también?...
Por que ha de ser tan cabrón el destino…
Por que tengo que pasar por esto…

Aún sigo definitivamente loco, loco por ella.


Así fueron las hojas escritas en el diario por Allan, cada noche se sentaba en el suelo, junto a la ventana, y escribía una hoja de su diario. Cuando una persona se siente vacía, y lo único que encuentra son palabras en su interior, dicen, que lo mejor es escribirlas y después quemarlas. Si es verdad que no era su mejor momento, y ni siquiera creía, él, que algo, por casualidad, simplemente por pedir cada noche que algo sucediese, para que al menos pudiera despegarse esa agonía que le susurraba en el oído cada vez que pensaba en ella. La vida es compleja, pero como ya dije, el destino es caprichoso, y nunca se sabe por donde puede salir, solo espero que si tal es su fuerza para cambiar las cosas, espero que por una vez lo haga por los deseos de una persona.

En otra parte de Sydney…

A lo lejos se ve una pareja de la mano, caminando por la orilla, sus pies se funden en la arena como nubecitas de azúcar en la boca, son Amanda y Jorge, llevan casi tres meses saliendo, para Jorge, pero para Amanda son como tres años, se siente feliz, pero a la vez rara, él sigue igual, pero algo a cambiado, ¿será ella o no?


-Bichito ven aquí, ven que quiero sacarnos una foto-.

Bichito, porque me llama así, soy una hormiga, haber mido 1’65, pero a bichito no llego.

-¿Bichito?, ¿que pasa me has visto cara hormiga?, jajajaja-.

-No jajaja, siempre te he llamado así, ¿No te acuerdas?-.

-Si, pero, solo me llamabas así en el insti, pero no aquí-.

-Venga que más te da, solo te llamábamos así tus padres y yo, no te enfades bichito, no creo que e oiga nadie, esto está desierto-.

-Te he dicho que no me llames así y no es porque te oiga alguien, sabes muy bien porque lo digo-. Algo en su interior ardía, como era capaz de recordarle eso, Jorge sabia perfectamente que no le gustaba que le recordasen cosas de sus padres, sabía que no lo hacía queriendo, pero eso le duele.

-Amanda, tranquila, ya han pasado casi dos años, tienes que acostúmbrate a oír cosas de tus padres, ya eres mayorcita, tienes casi 18 años-.

-Para ti es fácil decirlo que tienes a tus padres, pero cada día que me levanto, deseo encontrarme a mi madre sentada en la cocina bebiendo una taza de té y a mi padre leyendo el periódico mientras yo como tortitas y le ayudo a hacer el crucigrama, no te puedes ni imaginar que siento cuando veo que todo es una fantasía, y tendré casi 18 años como tu dices, pero aun así, nunca se olvida a la gente que más quieres-.

-Bueno cálmate, será mejor que nos veamos mañana-. Le dio un beso en la frente y después se fue.

-Hasta mañana-. Estas dos últimas palabras salieron expulsadas por la boca de Amanda de una forma áspera que parecía haber venido el desierto a su garganta.

Así se va a su casa, se sienta en el porche, espera un par de minutos, no para de pensar, no puede creer lo que ha pasado, ¿Por qué le ha dicho eso?, solo ha hecho falta dos minutos para darse cuenta, de que las cosas no estaban pasando como ella creía que pasaban, que la gente cambia al igual que ella, de repente, lágrima por lágrima se empezó a caer acariciando la mejilla de Amanda.

                                   
Me temo que Allan no será el único que no podrá dormir esta noche.

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