martes, 29 de enero de 2013

Sentir como si nada tuviera sentido y ver que al final de ese túnel oscuro hay una pequeña salida la cual tiene poca luz para poder ser vista con facilidad, pero aun siendo diminuta, cuando tenemos esa oportunidad no vale nada su tamaño, solo cuenta lo que hace en nosotros, nos llena de felicidad al ver la, sus rayos se funden en nuestra piel hasta llegar a las venas y cuando se mezcla con la sangre, está fluye por todo nuestro cuerpo sin dejar rincón alguno sin tener esa oportunidad de saborear el mínimo, diminuto e insignificante momento de algo, a lo que se denomina felicidad, pero considero que como es algo que poca gente ha tenido, prefiero llamar a esa felicidad..


¡MÁGIA!

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