No paraban de reírse, era la típica risa tonta, aunque también parte por los chistes de Max.
Bueno, las chicas estaban en el coche camino a la casa de
la modista que Clara y su madre habían elegido para hacer el traje de
novia, así como el traje de las damas de honor. No se lo podía creer,
apenas quedaban unos tres meses, sería casi imposible que el traje
estuviera perfecto. Pero tal y como la fecha de la boda se acercaba la
fecha del festival también, y precisamente eso era lo que más preocupaba
a Emma, ya que, ella tendría que actuar en él.
Es
imposible que el tiempo haya pasado tan pronto, parece que fue ayer
cuando Max se armó de valor y se arrodilló ante Calare y le pidió que
fuera su compañera durante el resto de su vida, así como cuando Kate
comenzó a salir con Spencer y cuando Emma y Jason se conocieron, aunque
entre ellos no haya sucedido nada, pero, las chicas se preguntaban ¿qué
habría pasado aquella tarde? Porque después de la bolera Nadia los había
visto. ¿Nadie?
Tal vez una persona si supiera que había pasado entre ellos, pero tal vez no.
-Chicas, de que vayáis a salir me días un toque, que os vendré a recoger.
-Vale mi amor.
Ya
estaban allí, ahora si que era real, las cuatro chicas y Clara estaban a
punto de ponerse uno de los vestidos más importantes de sus vidas,
aunque claro, todavía quedaba la graduación, el baile, y el festival.
No
tardaron mucho en decidir el tipo, color y todo lo relacionado con el
traje. Aunque claro, la mayoría de las ideas fueran de la modista.
Porque, Kate, Iris y Rebecca, querían un traje corto y Emma lo prefería
largo como Clara, y la ganadora fuer la modista, y así con los colores.
Un móvil suena, era Max, ya nos estaba esperando, también el móvil de
Emma, pero esta se estaba poniendo la ropa (fue a la última que le
tomaron las medidas) y su móvil lo cogió
Rebecca,
vio en la pantalla un mensaje, le preguntó a Emma si lo podía leer,
esta le dijo que le dijera el número, 555876. La cara de Emma cambió de
tono. Corriendo se puso la blusa y cogió el teléfono, sabía
perfectamente que ese mensaje no lo podían leer ninguna de las chicas.
-Emma, ¿estas bien?
-Sí, Rebecca, sí.
Rebecca
sabía perfectamente el número que era pero prefirió esperar a que Emma
se hubiera marchado después de comer para contárselo a las demás.
-No os vais a creer de quien era el mensaje de Emma, el que no me dejo leer.
-Pues dánoslo.
-De mi hermano Jason.
Las
chicas se quedaron mudas, por una parte no les sorprendía porque a Emma
se le notaba y mucho que están loca por él. Pero lo que les extrañaba
es que mantuviera en secreto que tenían una cita.
Mientras, en otro lado de la ciudad, Jason estaba sentado esperando a alguien, entonces le sonó el móvil.
-¿Jason, dónde estas?
-Estoy en casa, estoy esperando visita.
-¿Por?
-Nada es que no localizamos a Emma.
Entonces la vio, la sonrisa se le iluminó y esto era que la espera había
finalizado, colgó el teléfono y se acercó a la puerta, entonces la
abrió pero al hacerlo...
Álvaro.
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