miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Portal hacia los Sernios!

Capítulo 10
 

¿Tiene 20 años? Madre mía… Lo miro de reojo y me sonríe.

 

-Oye ¿estás bien?

-Bueno la verdad es que no te ponía 20 años sino unos 18 o así…

-Claro porque son los que tengo.

-En qué quedamos, ¿20 o 18?

-Tengo 18. Estoy aquí porque traigo el pedido para tu monitor del curso. Vamos las cámaras y eso.

-¡Qué alivio! Quiero decir… no te veía yo con la edad de mi hermana.

-¿Tienes una hermana?

-Tengo tres. Sofía la mayor, Rosie la que va después de mí y Lucy que es la pequeña.

-Vaya, vaya.

-Sí.

-Bueno y dime ¿qué tal se te da esto?

-Pues me gusta, simplemente eso. También se tocar el violín.

-Eso si que no me lo esperaba. Hay pocos por aquí que sepan tocar algún instrumento y menos el violín.

-Pues sí. Una cosa ¿quieres ir a tomar un café esta tarde?

-Claro, mi turno termina a las siete. Nos vemos en la tienda a esa hora.

-De acuerdo.

 

Miro a Ryan con desconcierto. Me parece mentira que no me haya dado cuenta de que era él desde el principio. Encima tenía la reunión con el maleducado de turno “Erik Collins”.

Salgo del pasillo y me coloco la blusa en su sitio. Ryan se despide de mí como lo había hecho hasta anoche. Me reventaba que mintiera de esa forma pero a fin de cuentas yo también lo estaba haciendo. Salgo al pasillo y saludo a un par de alumnos. Voy hasta el aula de música y coloco la mesa un poco cuando tocan a la puerta.

 

-Adelante.

-Bueno días señorita Reyns.

-Buenos días señor Collins.

-¿Qué tal el día?

-Bastante normalito, gracias. Espero que el suyo esté yendo bien.

-Pues sí. Bueno aquí me tiene.

-¿Yo?

-Claro. Hablemos de los chicos y su participación en la feria.

-Me parece bien. Simplemente serían la actuación central de la feria. Me refiero a que los tres días de feria los chicos tocarían un par de horas y después disfrutarían de ella como los demás.

-Suena tentador.

-Lo es. En fin, si quiere le paso un informe detallado para que se lo de a su abogado. ¿Le parece?

-No será necesario. Yo soy su abogado.

-De acuerdo pues aquí tiene todo lo necesario. Espero que los chicos puedan actuar. Son los mejores.

-Por supuesto que lo son. Si me disculpa me marcho. Tengo un juicio en la ciudad.

-Por supuesto. Adiós señor Collins.

-Sofía, llámame Erik.

-Erik, tú sígueme llamando señorita Reyns.

-Como desees.

 

Se acerca y me da la mano de forma cortés. Este pijito me tenía de los nervios…

 

Las clases terminan y Jessei y yo estamos esperando a Rosie. Me está contando que ha quedado con Bobby esta tarde para tomar un café. Se le ve contenta. Al fin vemos a parecer a Rosie con una sonrisa pegada a la cara.

 

-¿Estás muy contenta no?

-¿Yo? Estoy normal, como siempre. Será que tuve hora libre.

-Será eso… Sabes Nick me ha invitado mañana a un cumpleaños.

-Mira ahora quién tiene la sonrisita… ¿Te gusta?

-Bueno… un poco…

-Un poco tirando a mucho Rosie. Esta está coladita por “ojitos azules”.

-Ah toma. Hay que pasarse al pueblo a por esto.

-Vale.

 

Vamos hasta el coche. Jessei se monta y yo espero a que Lucy decida dónde se va a sentar de repente veo que el sonrojo de antes da paso a un blanco pálido que hace juego con las nubes. Se monta en el coche corriendo y me llama a gritos. Me monto atrás con ella y le pide a Jessei que arranque. Cuando ya estamos a unos diez kilómetros habla.

 

-Estaba allí.

-¿Quién?

-Él. El hombre que me dio el papel para Sofía. El tío raro estaba allí.

-Pero… ¿por qué no nos lo dijiste antes? Podríamos haberle preguntado algo.

-No sé. Me puse muy nerviosa.

-Bueno… esto significa que hay que ponerse en marcha cuanto antes con la búsqueda.

 

Abrazo a Lucy y vamos hasta el pueblo. Jessei compra lo de la lista y vamos a la pizzería. Antes de salir tropiezo con un hombre de unos cuarenta y tantos. Me disculpo y vuelvo al coche. Todo esto era muy raro para qué habría ido ese hombre al instituto.

 

-Bueno Sofía. Al fin solos.

-Déjame en paz Ryan.

-Venga ya… ¿sigues enfadada?

-No, solamente estoy cabreada. ¿Qué se supone que tengo que hacer con la perla?

-Tú sabrás. Yo me limito a hacer lo que Madeleine dijo.

-Ni siquiera me hables de ella. Se fue sin decirme qué hacer con ellas. ¿Sabes todo lo que he tenido que hacer para protegerlas de Birka?

-Me lo imagino.

-No, no te lo imaginas. Porque tú no has tenido que fingir, que mentir a tres niñas pequeñas que ahora van a tener que enfrentarse aun mounstro.

-Birka no es un mounstro. Solo es una mujer diferente y bastante guapa si me dejas decirlo.

-La he visto antes estúpido. Por eso la ayudaste ¿no?

-Qué pesada estás con eso. No la ayude.

-Entonces, ¿quién fue?

-Déjalo… nunca lo entenderías.

-Pruébame.

-No, paso de esto. Me voy tengo cosas que hacer.

-¡Ryan!

-No sé de quién me hablas.

 

Al llegar a casa preparamos todo lo necesario para la búsqueda: libretas, bolígrafos… El despacho de Sofía es bastante grande y lleno de estanterías con libros viejos. Había miles de escritores encerrados en esas cuatro paredes. Jessei se dedicó a mirar en los de la historia de Sernia y yo en la de las Irisas. Rosie buscaba información de objetos mágicos en los apuntes de Sofía.

 

-Chicas mirad esto.

-¿Qué has encontrado?

-Es un pequeño folio. Parece que está en sernio.

-Dejádmelo. Con un poquito de magia se podrá traducir.

 

Rosie levanta la mano y con el dedo del anillo roza el folio. Este al instante empieza a brillar y comienza a relatar una historia.

 

Hace exactamente cuatro mil años el reino de Birka acaba para dar paso a la paz que nos traía la nueva guardiana de Sernia, Diane. Cuenta la leyenda que Birka entregó a sus herederas todos y cada unos de sus poderes hasta que quedó sin fuerzas. Birka fue apresada y esas herederas debían ser asesinadas para que aquellos poderos confiados murieran junto a ellas y así quedar a Birka totalmente desprotegida… Mas una protectora habló en el nombre de aquellas niñas he hizo que aquellos poderes se mantuvieran ocultos en la perla de Sernia. Esa perla tenía el poder de la peor de las hechiceras, Birka. La perla se mantiene oculta en lo más profundo de Sernia esperando a que las herederas vuelvan a ella y recobren aquellos poderes que les fueron arrebatados al ser simplemente unas niñas…

 

Rosie paró de leer y la piel se me heló. Volvimos a colocar cada cosa en su sitio ya que la puerta de casa había sonado. Lucy bajó a abrir y oí como saludaba de forma escandalosa a Sofía. Volví a mi cuarto y Rosie al suyo. Miré el reloj y eran las seis. Decidí vestirme para la cita con Bobby. Cuando ya estuve lista fui hasta el coche y puse rumbo al pueblo.

 

-Lucy cariño. ¿Por qué no haces palomitas?

-Claro… una cosa Sofía. Siempre me he preguntado por la historia de Sernia.

-Me parece bien afín de cuentas es tu historia.

-Tal vez podrías contarme algo.

-No puedo porque ahora voy a disfrutar de una película con mi hermanita pequeña.

-De acuerdo voy a hacer las palomitas… otra cosita…

-¿Más?

-Sí, ¿puedo ir mañana con Nick a un cumpleaños?

-Claro.

-¡Gracias!

 

Me tumbo en la cama y cierro los ojos. Lo único que me viene a la mente es el beso de James… Dios mío. ¡Cómo besa! Pero tengo que pasar de él simplemente es un capullo integral. Mi móvil suena. Tengo un whats app.

Es de James… ¿para qué le daría mi móvil?

 

-Hola preciosa, ¿ya me echas de menos?

-Eso te lo estás soñando James…

-Tal vez.

-¿Cómo qué tal vez?

-Pues eso…

-¿Quieres hablar claro de una vez? :$

-Vale… no me quito de la cabeza el beso Rosie.

-Ah…

-Ahora eres tú la que no habla L

-Es que no sé qué decir.

-¿Quieres venir mañana a comer conmigo?

-¿Juntos?

-No si quieres yo me siento en una mesa y tú en otra… ¡claro que juntos!

-Pues no sé… tendré que pensarlo.

-¡Venga anda! No me dejes esperando… porfa :3

-¿Dónde nos vemos?

-¡¡¡¡Sí!!!  Nos vemos en la pizzería del pueblo J

-De acuerdo. Te dejo que me voy a duchar.

-Uf… piensa en mí… ja, ja, ja ;)

-Ni lo sueñes…

-Te pones tan guapa enfadada…

-Adiós James.

-Adiós Rosie.

 

Bobby sabe bastante de fotografía. La verdad es que estoy aprendiendo mucho simplemente hablando con él.

 

-¿Encontraste el óptico al final?

-Sí.

-Pues venga vámonos. Cerca de aquí hay una exposición de fotografía y se acaba mañana.

-Me encantaría ir.

-Pues que no se diga nada más.

Dylan... Dylan…

 

-¡Qué si pesado!

-Lucy a ese chico le gustas.

-Me lo has repetido un par de veces.

-Porque es la verdad.

-Debería decírselo mañana.

-Claro… ni que fuera tan fácil.

-Es que lo es.

-¡Qué no! Además… me da vergüenza.

-Tú sabrás…

-¡¡Ah!!

-¡¿Estás bien?!

-Sí, es que me ha mandado un mensaje.

-Pues léelo. La video llamada no se va a ir.

-Tienes razón. A ver… dice… “Hola Lucy, ¿qué tal? Solo era para saber a qué hora te recojo mañana. Besos, espero tu respuesta”.

-Está loquito por tus huesos de Irisa.

-¡Cállate que te va a escuchar Rosie!

-Vale… se me olvidó…

-¿Qué le contesto?

-Pues a la hora a la que te tiene que recoger… no sé las tías tenéis un problema… solo te ha preguntado la hora no si te quieres casar con él…

-¡Qué gracioso estás!

-Gracias.

-Bueno ahí va. “Hola Nick, yo bien ¿y tú? Recógeme sobre las doce. Besos Lucy”.

-¿Era tan difícil?

-No.

-Si es que es lo que yo digo…

-Te tengo que dejar Dylan. Mañana hablamos, besos hermoso.

-Te quiero pesada. Y mañana ten cuidado.

-¡Qué sí!




Álvaro

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