miércoles, 4 de diciembre de 2013

El Portal hacia los Sernios

Capítulo 13

 

-Una cosa, ¿por qué no vives con tus padres?

-Porque no me va la vida de granjeros. A ver es un trabajo como otro cualquiera y estoy orgulloso de lo que han conseguido pero no me veo trabajando allí y en cualquier caso algún día la dirigiré.

-Ah.

-¿A qué viene eso?

-No sino que creo que debe de ser algo difícil para ti el tener que ocuparte en un futuro de algo que no te gusta.

-En eso te equivocas, me gusta.

-Entonces hay algo que no entiendo. Me dijiste que querías ser empresario.

-Y es lo que quiero pero hay gente que no tiene tanta suerte como tú. Tenemos que cumplir con lo que nos ha tocado.

-¿Perdona?

-Anda déjalo y vamos que al final llegamos tarde al cine.

-Yo contigo no voy ni hasta la esquina. Eres un cretino y un gilipollas. Ha y si no te ha quedado claro, olvídate de lo de mañana. Ve a la exposición con otra que sea “como tú” porque por lo que se ve soy extraterrestre.

 

Me levanto de la mesa y salgo por la puerta del restaurante sin ni siquiera mirar hacia atrás. Me  monto del coche pero no sé dónde ir.

 

-¿Quieres algo de beber?

-No déjalo gracias. Bueno hablemos.

-Sí.

 

Me siento a su lado y me coloco el camisón, ¿por qué no me habría puesto la bata?

 

-Verás quiero empezar diciendo que a penas nos conocemos y que lo de ayer fue algo, no sé creo que fue porque era viernes y ambos necesitábamos hacer algo radical.

-No pienso igual Sofía. Sinceramente creo que más bien fue algo que ambos queríamos hacer.

-No he dicho… quiero decir, vale sí tal vez me apeteciera besarte pero es que a penas nos conocemos y los encuentros que hemos tenido no son exactamente los mejores.

-En eso no te digo que no pero quiero que sepas que me gustaría conocerte.

-Eso estaría bien, de hecho creo que deberíamos haber empezado por ahí.

-Sí, ajajá.

-Bueno, las chicas están al llegar así que creo que tendrías que…

-Sí, por supuesto además te he pillado en pijama.

-Estaba a punto de ir a dormir.

-Pues siento haberte molestado.

-No me molestaste, teníamos que hablar y al menos tú tuviste valor para hacerlo.

-Vale, pues que duermas bien cobarde.

-¿Qué? ¿Cómo que cobarde?

-Lo acabas de decir tú misma.

-Ya pero es una forma de hablar.

-Pues la mía es otra.

-¿Vas a volver a empezar?

-Es que me encanta discutir contigo.

-Adiós Erik.

-¿Nos vemos mañana y cenamos?

-No puedo pero… ¿qué tal el lunes?

-Tengo una reunión. Pero puedo quedar para comer.

-Pues entonces el lunes a la una.

-De acuerdo.

 

Le acompañé hasta la puerta y me despedí pero volvió a tocar y abrí. Se acercó a mí y me dio un casto beso en los labios. Se separó pero le agarré de la chaqueta y le obligué a retroceder y por lo tanto a volver a mis labios. Me abrazó y yo simplemente dejé que él lo hiciera.

 

-Vale, ahora puedes marcharte son las nueve y media tienes que dormir.

-¿No quieres que me quede?

-Creo que si te dejo quedarte acabaremos como estábamos al principio de la conversación.

-Tal vez tengas razón pero nunca lo sabrás si no dejas que el destino siga su curso.

-No sé…

-¿Eso es un sí?-dijo volviéndome  a besar.

-Tal vez tengas que convencerme mejor.

 

Cerré la puerta y tal y como dijo él, dejé que el destino siguiera su curso.

 

-James me lo he pasado genial. Pero creo que deberías llevarme a casa ya.

-Está bien, de hecho creo que yo también debería ir a casa y darle alguna que otra explicación a mi madre.

-No me lo recuerdes... ¡qué vergüenza pasé!

-Ajajá. Si no hubiera llegado seguro que…

-Seguro que habríamos comido y ya está.

-Seguro que sí… Pero tendrás que reconocer que te encanta como beso.

-Y tú que te encanta cómo lo hago yo.

 

Me subí a su espalda y le besé el hombro. Me llevó a caballito hasta el coche, teníamos que volver pero la verdad es que sí, me encantaban sus besos.

 

Nick camina junto a mí. De vez en cuando le miro y sigo sin creer que ahora sea mi novio. De repente un tipo vestido de negro se abalanza sobre mí.

 

-¡¿Dónde está la perla?!

-¡Ah!

-No grites.

-¿Dónde está la perla?

-¡No sé de que me hablas!

 

Nick intenta escapar de las garras de otro hombre. Madre mía, ¡esto no podía estar pasando!

 

-¡Mira niñita si me la das juro que no le hago daño a tu noviecito!

-Juro que no sé de que me hablas.

-Venga ya… sé que la tienes.

-Por favor, deja que él se vaya.

-No sé. ¡Dame la perla!

 

Entonces vi cómo Nick acaba con el que le mantenía atado y a su vez le clavaba la daga al que me atacaba a mí.

 

-No puede ser… esa daga solo la tienes…

-Lucy…

-¿Quién eres?

-Lucy tengo una explicación para esto.

-Pues estoy deseando escucharla.

-Mi nombre es Nicko. Y… soy guardián de Sernia.

-¡¿Qué?!

-Verás yo me encargo de proteger este portal al igual que lo hizo mi padre.

-Entonces sabías desde el principio que yo…

-Sí, sé que eres Irisa, guardiana del portal hacia los Sernios.

-Pero entonces todo lo nuestro… solo fue…

-No, no, no… yo te quiero, y de verdad quiero estar contigo. Al principio solo tenía que manteneros a salvo y lamentarme a ser eso y guardián pero tú te ganaste algo más. Eres tan agradable, simpática y hermosa. Me enamoré de ti.

-Nick.

-Sé que te he mentido pero lo hice para mantenerte a salvo.

-Vale. ¿Hay algo más que deba saber?

-No. Te he dicho la verdad. Pero tienes que prometerme que nadie lo sabrá.

-No se lo diré a nadie.

-Bueno a tus hermanas puede pero antes hay que encontrar la perla y devolverla  a Sernia antes de que Birka la encuentre.

-¿Qué sabes de Birka?

-No mucho.

-Tienes que contarme lo que sepas.

-De acuerdo pero debemos irnos antes de que estos dos despierten. La daga los mantiene dormidos no muertos.

-Está bien.

-Lucy.

-¿Sí?

-De verdad quiero que seas mi novia.

-Y yo quiero seguir siéndolo.

 

Me aferré a él y le besé como no lo había hecho nunca. Ahora que sabía la verdad podía ser totalmente sincera con él. Eso me gustaba aunque tal vez me traiga problemas…

 

Después de estar caminando por el bosque entro en cas ay voy directamente a mi cuarto, al pasar por al habitación de Sofía se oían risas, supongo que se habría dejado la televisión encendida. Entro en mi cuarto y veo que tengo diez llamadas perdidas de Bobby. También un mensaje: “Jessei por favor llámame, estoy preocupado, no pretendía ser así de hecho no soy así… Llámame”

 

Me despido de James y subo directamente a la buhardilla. ¡Estoy que no quepo de felicidad! Al llegar me pongo el pijama y me tiro a la cama. Había sido un gran día. De repente suena mi móvil:

 

-Hola preciosa, ya llegué a casa.

-Está bien J

-Bueno espero que duermas bien.

-Tú también.

-Si sueño contigo seguro que sí :3

-Venga anda duérmete…

-Buenas noches cariño.

-Lo mismo digo.

-¿Lo mismo?

-Claro.

-¿Me llamas cariño? ¿Y eso?

-Hoy alguien me dijo que le apetecía llamarme cariño así ahora me apetece llamártelo a ti.

-Era una persona sabia. Adiós Rosie.

-Adiós James J

 

Cojo mi IPOD y dejo que Ed Sheeran me haga soñar con aquellos ojos que tanto me gustan.

 

No muy lejos de allí

 

-Señora ya está todo listo.

-De acuerdo, ¿dónde están esos dos?

-No han vuelto mi señora.

-¡¿Cómo que no?!

-Lo siento pero al parecer han tenido un percance. Se han topado con un guardián.

-¿Un guardián?

-Sí.

-Así que hay otro… supongo que tendré que hacer que desaparezca al igual que hice con el otro.

-Si quiere puede encargarme yo.




Álvaro

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