Capítulo
15
Años
atrás…
-¡Mi
señora! ¡Corred!
-¡No!
Primero tengo que esconderlas…
-¡A
ellas no le harán daño!
-¡No
puedo abandonarlas a su suerte!
-¡Daos
prisa!
-¡Cállate!
Asegúrate de que les cueste llegar hasta aquí, necesito al menos diez minutos.
-Como
deseéis.
Observo
cómo Leonel se marcha de mi recamara. Está bien…
-Muy
bien cariño, ponte junto a tu hermana… No la vayas a soltar al bebé… Ahora mamá
os va dar una cosita, tienes que prometerme que no se lo darás a nadie y… que
cuidarás de tus hermanas, un día mamá volverá con vosotras pero ahora tenéis
que esconderos.
-Sí
mamá.
-Muy
bien.
Un haz
de luz entró en cada uno de los corazones de las pequeñas, un haz de luz que
provenía del pecho de su madre. Entonces ésta cayó al suelo… La mediana de las
hijas fue hasta dónde su madre.
-No,
vuelve con tus hermanas…
-Pero
mamá… estás herida…
-No.
Estoy bien, venga cariño… Tienes que ser fuerte… No llores.
-Mamá
te quiero.
-Y yo a
ti Rosie. Ahora prométeme que cuidarás de Jessei y Lucy.
-Lo
prometo. Te lo prometo mami.
-Sí.
Ahora vuelve con ellas.
La niña
obedeció a su madre y viendo a las lágrimas brotar de los ojos de su madre se
sumergió en el conjuro que las protegería ocultándolas en lo más profundo del
bosque de Sernia.
-Adiós
mis pequeñas.
Y las
niñas desaparecieron… La puerta se rompió en mil pedazos… No me resistí y dejé
que me capturaran.
-¡¿Dónde
están?!
-No sé
de que me habláis.
-¡Las
niñas! ¡¿Dónde están?!
-Jamás
las encontraréis…
En
casa de las Reyns
-Venga
tienes que irte.
-Es que
no quiero.
-Al
final te van a ver las chicas y me quieres decir que les digo…
-Pues
le podrías decir que anoche llegué borracho y que apiadaste de mí.
-No…
les puedo decir que entraste a escondidas y que cuando salí de la ducha te
encontré dormido en mi cama, sí, puedo pintarte como a un asesino…
-Un
asesino que te gusta… y mucho…
-Lo
mató por amor…
-Buen
título.
-Lo sé…
Venga tienes que marcharte.
-¿Nos
vemos mañana?
-Claro.
-Bien.
Me besó
tal y como lo había hecho la noche anterior… Era algo irresistible. Tuve que
echarlo de casa… Ahora tocaba recoger el cuarto y preparar el viaje a Sernia.
También tenía que pensar qué haría con la perla… Lo mejor sería llevarla a
Sernia de nuevo. A fin de cuentas era dónde debía estar.
Bobby
me abraza en el sillón y yo dejo que lo haga. Estamos viendo una película pero
sinceramente no sé ni de que va… Me gustaba estar así con él.
-¿Te
gusta la película?
-Claro…
tiene una trama muy interesante.
-No te
has enterado ¿verdad?
-No
ajajá.
-Pues
es una pena, es mi película favorita.
-Vaya,
lo siento…
-No es
nada ya otro día la vemos.
-¿Por
qué no vamos a dar una vuelta por el pueblo?
-Vale.
-Pues
venga.
Nos
fuimos de su apartamento y nos montamos en mi coche. Fuimos hasta el parque y
allí montamos una especie de “sesión de fotos”.
Llevaba
diez minutos esperando en la parada cuando llegó. Como siempre con una sonrisa
como carta de presentación.
-Buenos
días.
-Hola
¿estás muy contento hoy?
-Sí.
-Me
alegro. Vámonos.
-De
acuerdo pero una cosita.
-Dime.
-Es que
tengo que decirte una cosita.
-¿Qué
has hecho?
-Verás
es que…
Y lo
único que hizo fue besarme. Cuando se apartó solo pude reírme. Me estaba
empezando a gustar… y mucho.
-Eso
era todo.
-Espero
que sea así.
-¿Qué
quieres decir?
-Nada…
pero no quiero tu madre nos descubra de nuevo tan… tan íntimos…
-Ah… no
te preocupes hoy si quieres cierro con llave mi cuarto.
-Eres
de lo que no hay.
-Pero
te encanta.
-Anda
arranca.
-¡A sus
órdenes!
Le miré
con cara divertida y me perdí en su sonrisa.
-¡No
Nick! ¡No! ¡Bájame!
-Venga
ya eres una cagona.
-¡Nick!
-Está
bien.
-Gracias.
-Me das
un beso.
-No
¿por qué tendría que dártelo?
-Porque
te he bajado.
-Es que
no me tenías que haber cogido.
-¿Y en
la mejilla?
-Tampoco.
-Pues
te vuelvo a subir.
-Ni se
te ocurra.
-Es que
ya se me ha ocurrido.
-No.
-Pues
dame un besito.
-Vale.
-¡Bien!
Me
acerqué a él y acerqué mis labios a los suyos claro que no los junté sino que
eché a correr.
-Eso no
vale Lucy.
-Sí
vale, cógeme si puedes.
-Eso
está hecho.
-¡Ah!
Corrí
todo lo deprisa que pude pero no fue suficiente y me atrapó en nada.
-Te
tengo.
-Me
tienes.
-Me
gustas mucho Lucy.
-Y tú a
mí.
Y no le
hice esperar más. Ahora sí le besé, agarrada a su cuello mientras él mantenía
sus manos atadas a mi cintura…
No hay comentarios:
Publicar un comentario