sábado, 18 de enero de 2014

El Portal hacia los Sernios

Capítulo 15

Años atrás…

-¡Mi señora! ¡Corred!
-¡No! Primero tengo que esconderlas…
-¡A ellas no le harán daño!
-¡No puedo abandonarlas a su suerte!
-¡Daos prisa!
-¡Cállate! Asegúrate de que les cueste llegar hasta aquí, necesito al menos diez minutos.
-Como deseéis.

Observo cómo Leonel se marcha de mi recamara. Está bien…

-Muy bien cariño, ponte junto a tu hermana… No la vayas a soltar al bebé… Ahora mamá os va dar una cosita, tienes que prometerme que no se lo darás a nadie y… que cuidarás de tus hermanas, un día mamá volverá con vosotras pero ahora tenéis que esconderos.
-Sí mamá.
-Muy bien.

Un haz de luz entró en cada uno de los corazones de las pequeñas, un haz de luz que provenía del pecho de su madre. Entonces ésta cayó al suelo… La mediana de las hijas fue hasta dónde su madre.

-No, vuelve con tus hermanas…
-Pero mamá… estás herida…
-No. Estoy bien, venga cariño… Tienes que ser fuerte… No llores.
-Mamá te quiero.
-Y yo a ti Rosie. Ahora prométeme que cuidarás de Jessei y Lucy.
-Lo prometo. Te lo prometo mami.
-Sí. Ahora vuelve con ellas.

La niña obedeció a su madre y viendo a las lágrimas brotar de los ojos de su madre se sumergió en el conjuro que las protegería ocultándolas en lo más profundo del bosque de Sernia.

-Adiós mis pequeñas.

Y las niñas desaparecieron… La puerta se rompió en mil pedazos… No me resistí y dejé que me capturaran.

-¡¿Dónde están?!
-No sé de que me habláis.
-¡Las niñas! ¡¿Dónde están?!
-Jamás las encontraréis…


En casa de las Reyns

-Venga tienes que irte.
-Es que no quiero.
-Al final te van a ver las chicas y me quieres decir que les digo…
-Pues le podrías decir que anoche llegué borracho y que apiadaste de mí.
-No… les puedo decir que entraste a escondidas y que cuando salí de la ducha te encontré dormido en mi cama, sí, puedo pintarte como a un asesino…
-Un asesino que te gusta… y mucho…
-Lo mató por amor…
-Buen título.
-Lo sé… Venga tienes que marcharte.
-¿Nos vemos mañana?
-Claro.
-Bien.

Me besó tal y como lo había hecho la noche anterior… Era algo irresistible. Tuve que echarlo de casa… Ahora tocaba recoger el cuarto y preparar el viaje a Sernia. También tenía que pensar qué haría con la perla… Lo mejor sería llevarla a Sernia de nuevo. A fin de cuentas era dónde debía estar.

Bobby me abraza en el sillón y yo dejo que lo haga. Estamos viendo una película pero sinceramente no sé ni de que va… Me gustaba estar así con él.

-¿Te gusta la película?
-Claro… tiene una trama muy interesante.
-No te has enterado ¿verdad?
-No ajajá.
-Pues es una pena, es mi película favorita.
-Vaya, lo siento…
-No es nada ya otro día la vemos.
-¿Por qué no vamos a dar una vuelta por el pueblo?
-Vale.
-Pues venga.

Nos fuimos de su apartamento y nos montamos en mi coche. Fuimos hasta el parque y allí montamos una especie de “sesión de fotos”.

Llevaba diez minutos esperando en la parada cuando llegó. Como siempre con una sonrisa como carta de presentación.

-Buenos días.
-Hola ¿estás muy contento hoy?
-Sí.
-Me alegro. Vámonos.
-De acuerdo pero una cosita.
-Dime.
-Es que tengo que decirte una cosita.
-¿Qué has hecho?
-Verás es que…

Y lo único que hizo fue besarme. Cuando se apartó solo pude reírme. Me estaba empezando a gustar… y mucho.

-Eso era todo.
-Espero que sea así.
-¿Qué quieres decir?
-Nada… pero no quiero tu madre nos descubra de nuevo tan… tan íntimos…
-Ah… no te preocupes hoy si quieres cierro con llave mi cuarto.
-Eres de lo que no hay.
-Pero te encanta.
-Anda arranca.
-¡A sus órdenes!

Le miré con cara divertida y me perdí en su sonrisa.

-¡No Nick! ¡No! ¡Bájame!
-Venga ya eres una cagona.
-¡Nick!
-Está bien.
-Gracias.
-Me das un beso.
-No ¿por qué tendría que dártelo?
-Porque te he bajado.
-Es que no me tenías que haber cogido.
-¿Y en la mejilla?
-Tampoco.
-Pues te vuelvo a subir.
-Ni se te ocurra.
-Es que ya se me ha ocurrido.
-No.
-Pues dame un besito.
-Vale.
-¡Bien!

Me acerqué a él y acerqué mis labios a los suyos claro que no los junté sino que eché a correr.

-Eso no vale Lucy.
-Sí vale, cógeme si puedes.
-Eso está hecho.
-¡Ah!

Corrí todo lo deprisa que pude pero no fue suficiente y me atrapó en nada.

-Te tengo.
-Me tienes.
-Me gustas mucho Lucy.
-Y tú a mí.

Y no le hice esperar más. Ahora sí le besé, agarrada a su cuello mientras él mantenía sus manos atadas a mi cintura…


 Álvaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario