miércoles, 25 de abril de 2012

No sé que hacer...


Si solo pudiera verte una vez más, te juro que no cometería los errores del pasado. 
Te juro que te apoyaría en las locuras, en los miedos y sobre todo en tus ideales. 
La verdad es que ahora, aquí sentada no sé qué pensar, y cómo explicarte mis verdaderos 
sentimientos. 
Sin duda es algo puro, pero con miedo de dar la cara, con miedo al rechazo. 
Solo vivimos una vez, y por degracia solo tenemos un corazón lo que hace que la elección del dueño 
sea más difícil. Por lo que es bonito pensar que algún día el tuyo tendrá uno. Que no eres un cero 
a la izquierda y que con el tiempo si no llega las heridas sanarán. 
Que los cortes cicatrizarán, pero una cosa clara está, si no me quieres me matarás.
Debo entender que el amor no se comprá ni se obliga, es un sentimiento que nace desde el 
fondo de nuestro alma, hasta aflorar en el corazón, y que solo una persona en nuestra vida es capaz
de descifrar el misterio que encierra y al final poder coger la flor que hospeda allí.
Es cómo cuando tienes amigos, crees que te vas a comer el mundo y al final acabas siendo comido por
éste. 
No llores me dijo. No te traiciones a ti misma, no dejes que la soledad que llega se apodere de tu 
alegría y del mar azul que llevas dentro. Si de verdad me amas te irás me dijo. Y yo desconsolada 
le respondí acaso el amor tiene barreras o debe ir marcado por uno de los amantes, en mi opinión no. 
Pero me marché  y lo dejé escapar, aún sabiendo que iba hacia el suicidio al estar con alguien a 
quién no amaba. De los errores se aprende. Un clavo saca a otro clavo. Pero creo que este se quedó 
incrustado.



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