domingo, 8 de abril de 2012

Una noche demasiado perfecta

Capítulo 7

En unos segundos ya estábamos saliendo de casa. Cogiendo autobús y me estuvo contando sus cosas, la verdad es que con él me sentía muy a gusto no como cuando éramos pequeño que era algo repelente. Había cambiado mucho. Me dijo que quería ser médico, que desde hace un año no se le quita de la cabeza. Llegamos en 10 minutos. Entramos y compró palomitas y yo chuches como cuando era pequeña. Nos sentamos en la butaca del cine y él saludó a unos amigos. Cuando volvió y se sentó se quedó mirando hacia mí, entonces sonrió.
-No has cambiado. Sigues siendo igual de divertida.
-¿Yo divertida? Entonces no me conoces bien.
-Si, te conozco muy bien, bueno no mucho hace mucho tiempo que no nos vemos.
-Bueno va a empezar la película, mejor nos callamos.
-Sí.
Seguí mirándolo un rato, creo que se dio cuenta porque empezó a sonreír. La película empezó, estuve al principio un poco en otro mundo, conseguí recuperarme y empecé a prestarle atención a la película.
Cuando terminó salimos de la sala, tiramos la basura en la papelera.
-Bueno, ¿qué toca ahora?
-Ahora, quiero dar una vuelta contigo enseñarte algunas cosas nuevas y después vamos a ir a cenar.
-Eso te lo tenías guardado ¿no?, pero tenemos un problema no creo que con la pinta que tenemos nos dejen  entrar a un restaurante.
-¿Quién te ha dicho que vamos a un restaurante? Que yo sepa te gustan más los picnics, ¿o has cambiado de gustos?
-No, me parece perfecto.
Fuimos a dar una vuelta y después compramos una pizza y un par de manzanas. Salimos y me llevó a un lugar cerca del lago al que había ido hace unos días con Alex.
Nos comimos la pizza, estuvimos hablando, la verdad es que me sinceré con él y viceversa. Cuando terminamos me acompañó a casa. Cuando por fin llegamos a la puerta, se despidió, me dijo que había sido una velada encantadora, yo le respondí lo mismo. Entonces me agarró la cintura y me dio un beso en la mejilla. Y se fue. Subí a mi cuarto corriendo, estaba confusa pero creo que me gustó.
Me acosté y no podía dejar de pensar en la salida con Lucas, por qué había sido tan amable, cariñoso, gracioso y atento conmigo.
Por fin conseguí conciliar el sueño. Cuando desperté eran casi las 10 de la mañana, me vestí con unos vaqueros cortos, una camiseta de tirantas y unas zapatillas de deporte; me peiné, no tenía ganas de mucho así que me hice una coleta. Bajé por la escalera esta vez con más cuidado. Desayuné un plato con frutas. Y aún confusa por lo ocurrido la noche anterior decidí ir a dar una vuelta con Blue, total para pasar todo el día sentada con mi abuela.
Al rato de estar montando a caballo me sonó el móvil, era mi madre y me decía que tenía visita. Con la misma decidí volver.
Cuando llegué no había nadie. Le pregunté a mi abuela y me dijo que era Alex. Estaba esperando en el salón. Fui hacia el salón y se levantó. Llevaba un jersey blanco que resaltaba sus ojos verdes.
-Hola, no te esperaba.
-Ya, es que supongo que te echaba de menos.
Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario