martes, 10 de abril de 2012

Una noche demasiado perfecta

Capítulo 8
-OH, vale, gracias, supongo que eso es bueno.
-Sí, la verdad es que lo es, en fin quiero decir, no se tal vez te gustaría venir a mi casa esta tarde es que mi madre cumple años y lo va a celebrar en un restaurante y hay que ir con acompañante…
-Claro, no me importa. Somos amigos, para eso estamos. ¿Cómo se supone que tengo que ir vestida?
-Ah, me alegro de que aceptes, pues no se el restaurante es algo elegante por lo que un traje creo que bastaría.
-Muy bien y a qué hora vendrás a recogerme.
-A la 20:30.
-Bueno ¿quieres algo de tomar?
-No gracias vine simplemente a eso.
-Ah vale, a por cierto, muchísimas gracias por la fiesta. ¿Tú te acuerdas de Lucas?
-Lucas tu exvecino, si ahora vive tres casas más arriba de la mía. ¿Por qué?
-No porque el otro día me llevó a dar una vuelta y estaba diferente.
-Sí, y ¿qué te lo pasaste con él?
-Pues bien, fuimos al cine y a cenar.
-Bueno me tengo que ir, nos vemos.
-Claro adiós.
Después de estas últimas palabras me dio un beso en la mejilla y se fue.
Mi abuela que se había enterado de todo me preguntó si yo tenía algo con Lucas, porque dice que había notado algo celoso a Alex mientras le contaba mi extraña salida con él.
En fin supongo que serían cosas de mi abuela. El día pasó de lo más tranquilo. Decidí ducharme, mientras me daba la ducha oí como mi abuela hablaba con un chico, la verdad es que la voz me era familiar, por lo que me sequé y bajé en albornoz. Era Lucas. Me sonrió y vino a saludarme, después empezamos a hablar yo le dije que tenía prisa y el me propuso salir al día siguiente, yo le dije que sí pero que no mucho rato porque era el último día que mi madre estaba aquí.
Yo sin embargo me quedaba el resto de las vacaciones con mi tía y mi abuela.
Estuve mirando en mi armario y decidí ponerme el mejor traje que tenía.
La verdad es que no estaba nada mal, era de color púrpura, y resaltaba mis ojos color aguamarina. En mi pelo (de color castaño), decidí hacerme un recogido a lo Taylor Swift. Cuando terminé bajé a que mi abuela me diera el veredicto final. Según mi abuela estaba genial. Ya eran las 20:28, por lo que decidí ir a por el bolso para no tener que estar subiendo y bajando con tacones más la escalera.
Al fin llegó, estaba guapísimo, la suerte es que llevaba una corbata del color de mi traje.
-Parece que nos hemos puesto de acuerdo. Ja, Ja.
-Sí la verdad es que sí, pero a ti te queda mejor.
-Gracias por el cumplido. Bueno abuela nos vamos.
-Espera mi niña, déjame que os saque una foto.
-Abuela no creo que sea necesario.
-No pasa nada, déjala total, amos bien de tiempo.
-Si tú quieres.
Mi abuela no nos sacó una, no, fueron como cien las fotos que nos sacó, me parecía mal ya que él lo único que quería era no ser descortés con mi abuela. Mi sorpresa fue que cuando salimos de casa nos esperaba un coche. Nos montamos, estuvimos hablando y llegamos al restaurante. Saludamos a un par de invitados, cenamos, y llegó la hora del baile.
-¿Quieres bailar?
-Pues la verdad es que no soy muy buena bailarina.
-Venga, por una vez que podemos bailar.
-Bueno vale, pero si te piso no te pediré disculpas, yo te advertí desde antes.
-Sí.
Me cogió de la mano, caminamos hacia la pista, allí me cogió de la cintura, yo le agarré la mano y comenzamos a bailar. De repente, la música cambió y empezó a sonar la canción del Titanic. Estaba hecho un flan.
-¿Estás bien?
-Yo, sí es que con el cambio de música pues…
-Si la verdad es que es toda una casualidad.
-Si y que lo digas…
-Oye, quisiera preguntarte algo.
-Claro dime.
-¿Estás saliendo con Lucas?
Continuará...

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