lunes, 16 de abril de 2012

Una noche demasiado perfecta

Capítulo 10

-¿Y se fue así sin más?
-Sí, no sé por qué lo ha hecho, qué le costaba decirme, “Mira Emma, que mañana me voy a un curso, este es mi número, aquí puedes localizarme”.
-La verdad es que no se que decir.
-Pues imagínate yo. ¿Te importa acompañarme a casa? No tengo ánimos de ir sola.
-Claro será un placer.
Durante el camino no mencionó nada relacionado con él. Estuvo animándome. La verdad es que le estaría agradecida con Lucas el resto de mi vida.
Cuando llegamos a casa mi madre estaba que le iba a dar un ataque, no sabía nada de mí desde que me levanté, pero al verme así prefirió no decirme nada. Subí a mi cuarto y oí cómo Lucas les contó a mi abuela y a mi madre la historia, claro sin algunos detalles.
Oí pasos en la escalera se acercaban a mi puerta.
-¿Puedo pasar?
Era Lucas. Le dejé pasar. Entonces no se me ocurrió otra cosa. Le pedí que fuéramos a cualquier lado, que no podía estar en mi casa, que todo me recordaba a Alex.
-Por mí vale, pero que tal si acompañamos a tu madre y después cenamos por ahí.
-Me parece bien, de todos modos tenía que ir al aeropuerto, mejor que vengas conmigo.
-Y si en vez de cenar fuera, cenamos en el jardín, pedimos una pizza y así no tienes que aguantar a nadie.
-bueno me parece una mejor idea.
Bajé las escaleras y abracé a mi madre tenía las maletas en la puerta. Nos subimos al coche, él y yo íbamos detrás. Mi madre empezó a hablarme, me dijo que me tenía que comportarme bien, que cualquier cosa la llamara al móvil, lo típico. Lucas solo sabía mirarme y sonreír. La verdad es que hasta ese momento no me fijé en la bonita sonrisa que tenía. Cuando ya estábamos en el aeropuerto me despedí de mi madre y ella me metió algo en el bolsillo de la chaqueta. Cuando me fije era un móvil y algo de dinero le sonreí y le dí un beso. La verdad es que la iba a echar de menos. Cuando ya había embarcado nos fuimos al coche, de camino a casa de mi abuela no se habló de nada, simplemente escuchamos la radio. Por fin llegamos, Lucas ayudó a mi abuela con unas macetas que tenía en el coche. Después se acercó a mí y me dijo:
-Bueno, qué hacemos.
-Vamos a pedir una pizza y vemos una película.
-Me parece genial, ¿vas pidiendo la pizza mientras voy al baño?
-Claro.
Mientras pedía la pizza, decidí echar una ojeada a las películas que había en mi habitación, algunas eran unos clásicos, pero prefería elegirla junto a Lucas. Cuando llegó a mi cuarto yo seguía pidiendo la pizza, entonces mediante unos gestos raros me dijo que quería una campesina. La verdad es que era la que había pedido. Compartíamos muchos gustos. Después varias elecciones, decidimos ver “Dos rubias de pelo en pecho”. Una comedia era lo que necesitaba según él. La verdad que durante la película me reí mucho, pero casi al final me estaba quedando dormida. Al final solo recuerdo que me apoyé en sus piernas, y me quedé profundamente dormida. En la mañana del día siguiente, me desperté en mi cama, estaba tapada con una manta, exactamente con la que estábamos tapados ayer por la noche Lucas y yo en el sofá de mi cuarto. Miré por todos lados y allí lo vi, estaba en el sofá. La verdad es que no sé por qué se había quedado allí toda la noche, podía haberse ido cuando me quedé dormida. De repente vi que se movía y decidí arreglarme un poco, estaba despeinada y tenía la blusa hecha una arruga gigante.
-Buenos días Lucas.
-Buenos días Emma, ¿estás mejor?
-Sí gracias, pero no hacia falta que te quedaras toda la noche, tu madre tiene que estas muy preocupada y…
-A ver Emma, avisé a mi madre en cuanto te quedaste dormida, y tu abuela me dejó quedarme.
-Perdón si te molestó, es que no quiero que hagas tanto por mí, de todos modos son mis problemas y no quiero que te preocupes por mí.
-¿Y si yo quisiera preocuparme?
-¿Qué quieres decir con eso?
-Nada, solo que somos amigos y esto es lo que hacen los amigos, si me disculpas voy al baño, y date prisa en cambiarte que tengo pensado un plan para los dos.
-Vale, nos vemos abajo.
Lucas salió de mi cuarto, estaba un poco raro, la verdad es que sentí que se estaba preocupando demasiado de mí.
-Emma, te llaman por teléfono, cojéelo que en tu cuarto mi niña.
La verdad es que me  parecía raro, quién me iba llamar a mí.
-Sí, soy Emma, ¿quién es?
-Emma soy Alex.
Continuará...

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