sábado, 20 de octubre de 2012

Aún sigue lloviendo!


Capitulo 6

Mientras en Londres…

A lo lejos se ve un chico, rubio, alto, de ojos grisáceos, con una sonrisa inapagable, que no para de mirar al cielo, nunca ha visto un cielo tan estrellado, es como si miles de lámparas estuvieran colgadas en él. Ese chico es Riley, el amigo de Amanda que ha venido a pasar unas semanas a Londres. El decía, antes de venir aquí, que cada vez que veía la ciudad de Londres en algún sitio, siempre soñaba que tenía que ir allí, y aquí lo vemos cumpliendo su sueño. Son las seis de la tarde y ya va anocheciendo, Riley y su madre esperan sentados en el sillón de la entrada del hotel a los otros dos hombres de la casa, George y Lucas, ambos iguales para arreglarse, media hora para el pelo, media hora para afeitarse, otra para vestirse y otra para los zapatos, en total dos horas. Después de haber terminado de arreglarse, por fin, van al restaurante para cenar, todo es precioso a esa hora, todo está iluminado, las casas, las calles, todo. Antes del restaurante Lucas y Riley quieren subirse al London Eye, para poder sacar fotos, Lucas es fotógrafo, y no hay nada más que le guste, ecepto el pollo con salsa barbacoa, su cámara Canon y su novia Francesca, a la que conoció en su viaje a Verona, si muy romántico aunque sabiendo como es Lucas nadie lo diría, una cenita en un parque rodeado de rosas en el cual solo ellos eran testigo de un atardecer grandioso, que gracias a él consiguió el beso del cual quedaron enamorados. La madre de Riley, Hanna, aún sabiendo que ya estaban subidos no paraba de llamar a Lucas, porque no los veía.

Al llegar al restaurante los sentaron en una mesa pegada a la ventana para que pudieran disfrutar de las vistas de Londres, Hanna no paraba de decir -‘’Mira los manteles que lujo, mira las lámparas, George, creo que nos vamos a tener que quedar a lavar los platas, mira que caro es todo, madre mía que vamos a hacer si alguno de estos dos rompe algo’’-. Y por otro lado George no paraba de reírse, y decirle -‘’Pero mujer, tu tranquila, que esto ya lo tenemos pago, respira que al final vas a estrenar tu el seguro’’-.  Sentados ya en la mesa, Riley y Lucas en la ventana y George y Hanna en el otro lado, se acerca el camarero para tomar nota.

-Buenas noches, ¿Qué desean pedir los señores?-.

-Hola, bueno en principio para beber queríamos dos coca colas y una botella de vino blanco-.

-Pero mamá yo quiero una cerveza-. Decía Lucas.

-Pero hijo eres demasiado pequeño para beber cerveza. -Pero si tengo 21 años, vivo solo y tengo mi propia hipoteca, sinceramente, no creo que sea pequeño. –Vale, pero una sin alcohol.-Lo que tu digas-. Mientras madre e hijo seguían discutiendo, a Riley le suena un what app, lo mira, es Allan, (Hey, que tal por Londres?)-(Bien y por ahí, que ya fuiste a coger olas?)-(Bien también, claro eso no se pregunta, por cierto, has sabido algo de Amanda?)-(No, la verdad es que por ahora nada, me llamó hace unos días para saber que tal había sido el vuelo, pero no he vuelto a saber nada más de ella desde eso)-(Que raro, crees que le ha podido pasar algo?)- (No creo, espera que me están llamado)-(Claro!)-.


-Si, ¿Quién es?-.
-Hola, ¿Está Lucas?-.
-Si, ¿De parte de quién?-.
-De Francesca-.
-Francesca soy Riley-.
-A hola riley, no te había reconocido la voz-.
-Jajaja, epera que ya se lo digo-.
-Jaja, vale gracias-.
-Lucas es Francesca-.
-Y ¿Qué quiere?-.
-No sé ice que te pongas-.
-Trae el teléfono-. Antes de salir del restaurante se oyó.

¿Qué?

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