Capítulo 9
Las chicas
llegaron a su habitación había sido una noche algo movidita para ser la primera
noche en Verona, en fin, mañana les esperaría un día lleno de sorpresas, y
sobre todo de emoción.
La luz del
sol atraviesa las cortinas, y hace que las chicas empiecen a removerse en las
camas. En ese momento el teléfono de la
habitación suena, y Gabi que llevaba media hora despierta, aunque se hacia la
remolona por no salir de la cama, entonces comienza a remover a Megan.
-Venga
Megan.
-Mamá,
cinco minutos, no hay clases.
-¿Cómo que
mamá? Ja, aja, ja, soy Gabi, venga que tenemos que bajar a desayunar.
Abriendo
los ojos a paso de tortuga, por fin Megan consigue despertarse. Y así logra
llegar hasta el baño para darse una ducha.
-Gabi, ¿me
haces un favor?
-Claro.
-¿Me
puedes traer la toalla? Es que si no después tengo que salir corriendo y vamos,
como mi madre me trajo al mundo.
-Claro,
espera.
Gabi le
lleva la toalla a Megan.
-Megan,
acaban de llamar de recepción, hay que ir a firmar una cosa, yo voy, nos vemos
debajo de que termines de bañarte.
-Vale,
pero cierra la puerta bien, no vaya a ser que entre alguien, mientras me ducho.
-Por dios
Megan, ni que no me conocieras.
-Por eso
es por lo que te digo.
La puerta
se oye, por lo que Megan supone que está bien cerrada. La música empieza a
sonar, You got me, de Colbie Calliet.
A Megan le gusta esta canción, aunque prefiere la de Bruno Mars.
-You got me…
Mientras Gabi
ya ha firmado todo el papeleo, pero en recepción se había encontrado con Ángelo
así que Gabi tardaría más de la cuenta en volver.
-¿Lucca
puedes ir a avisar a Megan para que baje a desayunar?
-Claro,
pero ¿por qué no vas tú Gabi?
-Es que
tengo que contarle una cosa a Ángelo, es importante.
-Vale,
pero le toco o me das la tarjeta.
-Ah, si
toma, seguro que ya ha terminado de bañarse así que pasa, y quédate en el
salón, si no sí que te mataría.
Lucca se
monta en el ascensor, allí se encuentra con la última persona que querría
encontrase en el mundo.
-Pero mira
quién es Marie, es Lucca, tu ex.
-Marie,
qué bueno volver a verte.
-Sí, lo
mismo digo, ¿te hospedas aquí?
Y en ese
momento la cosa empeora, en el ascensor entra Alan.
-Hombre
Lucca, qué casualidad.
-Sí, hoy
es el día de las casualidades.
A ver cómo
salía de esto. Marie, una chica de 17 años, rubia como el sol y ojos color
miel. Y una altura razonable, a su lado Alan, menos mal que la conversación no
dudaría mucho, ya que solo quedaban dos plantas para llegar hasta Megan.
-Bueno yo
me quedo aquí.
Las
puertas del ascensor se abren y aparece tras ellas la cara de Megan.
-¡Qué
casualidad Megan!
-Sí
Alan…-entonces arrepintiéndose mucho de lo que iba a hacer- Cariño, qué
despiste…
Y un beso
es testigo de un sentimiento que en ese momento nace. El beso es largo, y
correspondido por ambas partes, sin darse cuenta llegan a la primera planta, la
puerta del ascensor y para su sorpresa Ángelo y Gabi se quedan con la boca
abierta, es verdad lo que está viendo sus ojos.
Lucca
sigue abrazando a Megan como si esta fuera a caerse, y ella le rodea el cuello
mientras sigue besándolo como si fuera el último instante de sus vidas.
-¿Y eso
qué os llevabais, eh?-dice Ángelo haciendo que ambos vuelvan a la realidad.
-¿Qué? Es
que estaba Marie.
-Si y
Alan.
Intentas
disculparse, qué típico piensa Gabi.
-Pues solo
os vemos a vosotros, a no ser que sean invisibles, ja, aja.
Madre mía,
¿qué acabo de hacer? No puedo mirarlo a
la cara, ahora mismo estoy muerta de vergüenza.
Lucca
relájate, seguro que no pasa nada, pero, ¿qué va a pasar ahora?
-Bueno,
creo que tengo que ir al baño, ¿Gabi me acompañas?
-Claro
Megan.
-Nos
encontramos fuera, tengo que hablar con Lucca.
-Claro.
¿Quién es
esa Marie?
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