sábado, 29 de septiembre de 2012

Cada día...

Capítulo 9


Las chicas llegaron a su habitación había sido una noche algo movidita para ser la primera noche en Verona, en fin, mañana les esperaría un día lleno de sorpresas, y sobre todo de emoción.

La luz del sol atraviesa las cortinas, y hace que las chicas empiecen a removerse en las camas.  En ese momento el teléfono de la habitación suena, y Gabi que llevaba media hora despierta, aunque se hacia la remolona por no salir de la cama, entonces comienza a remover a Megan.

-Venga Megan.
-Mamá, cinco minutos, no hay clases.
-¿Cómo que mamá? Ja, aja, ja, soy Gabi, venga que tenemos que bajar a desayunar.

Abriendo los ojos a paso de tortuga, por fin Megan consigue despertarse. Y así logra llegar hasta el baño para darse una ducha.

-Gabi, ¿me haces un favor?
-Claro.
-¿Me puedes traer la toalla? Es que si no después tengo que salir corriendo y vamos, como mi madre me trajo al mundo.
-Claro, espera.

Gabi le lleva la toalla a Megan.

-Megan, acaban de llamar de recepción, hay que ir a firmar una cosa, yo voy, nos vemos debajo de que termines de bañarte.
-Vale, pero cierra la puerta bien, no vaya a ser que entre alguien, mientras me ducho.
-Por dios Megan, ni que no me conocieras.
-Por eso es por lo que te digo.

La puerta se oye, por lo que Megan supone que está bien cerrada. La música empieza a sonar, You got me, de Colbie Calliet. A Megan le gusta esta canción, aunque prefiere la de Bruno Mars.

-You got me…

Mientras Gabi ya ha firmado todo el papeleo, pero en recepción se había encontrado con Ángelo así que Gabi tardaría más de la cuenta en volver.

-¿Lucca puedes ir a avisar a Megan para que baje a desayunar?
-Claro, pero ¿por qué no vas tú Gabi?
-Es que tengo que contarle una cosa a Ángelo, es importante.
-Vale, pero le toco o me das la tarjeta.
-Ah, si toma, seguro que ya ha terminado de bañarse así que pasa, y quédate en el salón, si no sí que te mataría.

Lucca se monta en el ascensor, allí se encuentra con la última persona que querría encontrase en el mundo.

-Pero mira quién es Marie, es Lucca, tu ex.
-Marie, qué bueno volver a verte.
-Sí, lo mismo digo, ¿te hospedas aquí?

Y en ese momento la cosa empeora, en el ascensor entra Alan.

-Hombre Lucca, qué casualidad.
-Sí, hoy es el día de las casualidades.

A ver cómo salía de esto. Marie, una chica de 17 años, rubia como el sol y ojos color miel. Y una altura razonable, a su lado Alan, menos mal que la conversación no dudaría mucho, ya que solo quedaban dos plantas para llegar hasta Megan.

-Bueno yo me quedo aquí.

Las puertas del ascensor se abren y aparece tras ellas la cara de Megan.

-¡Qué casualidad Megan!
-Sí Alan…-entonces arrepintiéndose mucho de lo que iba a hacer- Cariño, qué despiste…

Y un beso es testigo de un sentimiento que en ese momento nace. El beso es largo, y correspondido por ambas partes, sin darse cuenta llegan a la primera planta, la puerta del ascensor y para su sorpresa Ángelo y Gabi se quedan con la boca abierta, es verdad lo que está viendo sus ojos.

Lucca sigue abrazando a Megan como si esta fuera a caerse, y ella le rodea el cuello mientras sigue besándolo como si fuera el último instante de sus vidas.

-¿Y eso qué os llevabais, eh?-dice Ángelo haciendo que ambos vuelvan a la realidad.

-¿Qué? Es que estaba Marie.
-Si y Alan.

Intentas disculparse, qué típico piensa Gabi.

-Pues solo os vemos a vosotros, a no ser que sean invisibles, ja, aja.

Madre mía, ¿qué  acabo de hacer? No puedo mirarlo a la cara, ahora mismo estoy muerta de vergüenza.

Lucca relájate, seguro que no pasa nada, pero, ¿qué va a pasar ahora?

-Bueno, creo que tengo que ir al baño, ¿Gabi me acompañas?
-Claro Megan.
-Nos encontramos fuera, tengo que hablar con Lucca.
-Claro.

¿Quién es esa Marie?



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